La Ciudad de México tendrá chela otra vez. Luego de varias semanas de escasez de cerveza, largas filas en tiendas de conveniencia, estantes y refrigeradores vacíos en supermercados y muchos memes, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) informó que a finales de mayo las tiendas estarán surtidas de cerveza en su totalidad. Sin embargo, el desabasto no es el único problema que enfrenta la industria de la chela, sino también qué ocurrirá con las cervecerías artesanales que se han visto forzadas a cerrar.
¿Por qué hay escasez de cerveza?
A raíz de la pandemia por COVID-19, el gobierno mexicano determinó a principios de abril el cese de las actividades económicas y laborales no ese esenciales, rubro en el cual se incluyó a la producción de cerveza mexicana —la cual llega a 180 países—. Con el paso de los días, el cierre de las cervecerías causó que las reservas de chela se fueran acabando y con ello comenzó la escasez, venta racionada y el aumento de precios, no solo en la CDMX sino en otros estados.
De acuerdo con datos de Cerveceros de México, más del 69% de los hogares mexicanos consumen cerveza, se estima que cada persona bebe unos 65 litros al año y la CDMX es la cuarta ciudad más chelera del país; sin embargo, a partir del confinamiento el consumo aumentó 65%, según información de la consultora Nielsen, que tomó como referencia la primera quincena de abril de 2020 y la comparó con el mismo periodo de 2019.
En cuanto a la demanda de compra, la cerveza fue 83% más solicitada en supermercados que el año anterior, tan solo por debajo de la leche. Entonces, el mayor consumo en los hogares sumado al freno en la producción por cuestiones sanitarias, provocó el colapso e hizo que las tiendas se vaciaran en pocos días y todos nos quedáramos con sed a pesar de que se decretara Ley Seca total en dos alcaldías de la ciudad y de fin de semana en otras cinco.
Precios triplicados
En un sondeo hecho por Chilango se encontró que además de la escasez, en varios puntos de la ciudad se racionó la venta de cerveza; mientras que en otros el precio se duplicó e incluso triplicó. Aún así, los estantes se quedaron vacíos.
Arturo Domínguez se considera asiduo consumidor de cerveza, sin embargo, durante varios días tuvo que hacer fila en una tienda de conveniencia de la alcaldía Cuauhtémoc porque, debido a la alta demanda, solo les vendían un paquete de seis latas que después se redujo a tres… hasta que se acabó su almacén y pusieron un letrero en la puerta avisando que la chela se había terminado.
Mariela Fernández, vecina de la Miguel Hidalgo, se encontró con que a mediados de abril las tienditas no tenían producto ni fecha para ser reabastecidas. Una lata de casi medio litro la compraba en $35; algo similar pasó en Iztapalapa e Iztacalco, donde Lalo González detalló que las caguamas superaban los $55 pesos e incluso un depósito de cerveza ubicado cerca de su casa cerró por completo después de acabarse el producto; sin contar que en prácticamente toda la ciudad los supermercados quedaron con los refrigeradores vacíos.
Lo mismo pasó con quienes reparten a domicilio, algunos de los distribuidores de cerveza comercial agotaron sus reservas, mientras que quienes encontraron un nicho de negocio en la venta directa son los productores de cerveza artesanal.
Con respecto al precio, en algunas zonas de la ciudad las caguamas superaron los $80 pesos, más del doble de su costo. “No nos dicen cuándo llegarán de nuevo los camiones, las últimas cajas nos llegaron los primeros días de abril. Yo traté de comprar calculando para un mes pero aunque se le subió el precio todo se nos acabó en dos semanas y media. Según ya se va a regularizar pero hasta ahorita no sabemos nada y no tenemos nada de producto”, dijo Daniel Chávez, dueño de una tienda en la Gustavo A. Madero.
Sin embargo, aunque en algunas zonas el precio se fue al doble o triple, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) detalló en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que entre marzo y abril el precio de la cerveza aumentó un 2.7% a causa del paro en la producción, lo cual significó la mayor alza en el costo de este producto en 10 años.
Además de los consumidores, los dueños de tienditas resultaron gravemente afectados por la escasez de cerveza, toda vez que es uno de los principales productos que ofertan. “Nos preocupa que esta industria haya dejado de trabajar pues la cerveza significa el 40% de los ingresos de los abarroteros, sin esto su capacidad de sostenerse económicamente se pone en riesgo”, dijo a Chilango Eduardo Contreras, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope Servytur).
Asimismo, en un comunicado, la Alianza Nacional de Pequeños Comercios (Anpec) llamó a las autoridades a retomar la producción para evitar el cierre de empresas y negocios que dependen de las ventas de cerveza pues se estima que esta industria genera, a nivel nacional, 55 mil empleos directos y 650 mil indirectos.
Cerveza artesanal: en riesgo latente
Con la escasez de las cervezas más comerciales, las artesanales ganaron terreno y han logrado que muchos más chilangos prueben los sabores que ofrecen; sin embargo, si la pandemia se extiende hasta principios de julio, el 50% podría quebrar, explicó a Chilango Alejo Magallanes.
La razón es que actualmente los productores artesanales están vendiendo lo que tienen en almacén y parte de sus ingresos se ocupan en pago de rentas, servicios y salarios para reducir el despido de trabajadores, pero al no seguir produciendo están registrando pérdidas que podrán provocar el cierre definitivo de alrededor de 500 empresas.
“Estamos trabajando con lo que ya teníamos producido porque esta temporada es importante para nosotros —cuenta Magallanes—; venían algunos festivales de música importantes y además es la época de calor, entonces teníamos un buen almacén que nos ha permitido sobrevivir en estas semanas pero al no tener la infraestructura de las grandes empresas si esto se extiende muchos tendrían dificultades para reiniciar su producción”.
A nivel nacional hay 950 productores de cerveza artesanal, de las cuales, 45 se ubican en el Valle de México y a causa de la crisis por el COVID-19 han tenido que adaptarse, pues su venta dependía 90% de los centros de consumo como bares y restaurantes; sin embargo, con el cierre de negocios empezaron a generar nuevos mecanismos como venta en línea, distribución directa a domicilio y a crear sinergias entre los distintos empresarios para crear productos y paquetes que llamen la atención del consumidor.
“Nuestra industria está aprendiendo mucho —confiesa Magallanes—, se está fortaleciendo porque, además de descubrir canales de venta, nuestros procesos van a cambiar porque vamos a mantener las estrategias que descubrimos en este tiempo y sumarlas a las cotidianas. Estamos en un punto clave: muchos podemos cerrar por la situación económica y de salud, o despegar para fortalecer a la cerveza artesanal mexicana”.