El Tijuana Cantina: drags, ceviches y tragos al 2x1

¿Se acuerdan de Baby Club, el bar gay al que íbamos a perrear hasta el piso, sin lujos pero con mucha buena onda, luces neones y unicornios en las paredes? Pues cambió la fiesta y la noche por el ceviche y los coctelitos al 2×1 (pero de día) y ahora se llama El Tijuana Cantina.

Así como muchos bares y antros, el Baby decidió abrazar el cambio y se convirtió en restaurante-cantina; al menos temporalmente. Pero, igual que El Marra, quiso dejar la esencia que lo hizo tan querido entre la comunidad LGBT+ (y fuera de ella también) y las drags ahora están como hostess y meseras, el reguetón sigue sonando en sus bocinas e incluso hay algunos shows los viernes, sábados y domingos, con drags como Katia Balmori (Yuri en La casa de las Flores), Aurora Wonders, Rondad, entre otras. Incluso hostearon una watching party hace poco para ver el penúltimo episodio de RuPaul’s Drag Race: All Stars. Así, El Tijuana Cantina hace honor a su slogan: “Este es un lugar de ambiente, donde todo es diferente”.

Con el servicio al cliente como herramienta principal, Baby Club tomó hace un par de meses la decisión de dar un giro en la identidad del espacio y convertirse en El Tijuana Cantina, antes El Refilón.

El principal reto fue que las hostess drag le metieran a la mesereada, según nos contó el gerente Alan Rodríguez; pero al final el proceso de conversión fue ameno por la disposición de las y los trabajadores. “Nos echaron la llamada para levantar el evento —contó—. Teníamos el espacio y nosotros pusimos la idea, le imprimimos el sello del Baby. Trajimos el concepto y la operación”.

El hit gastronómico es la cochinita y el ceviche, aunque también hay taquechis, picaditas y hasta pozole rojo. Y de tomar: El Tijuana, que es jugo natural de naranja con mezcal escarchada con chile. El menú es corto, pero funciona, quita el hambre y la sed de la mala. Además, todo está disponible para servicio a domicilio y hay cocteles al 2×1.

Cáele, hay ambiente, aunque cierre temprano.