Quien beba un litro de cerveza liberará por reacción natural más de un litro de lo que ustedes ya saben. Ajá, para nuestro beneficio la chela es hiposódica: tiene bajo contenido en sodio y alto en potasio. Así que beberla en cantidades alemanas no es tan malo como se pensaba, claro, mientras se haga de vez en cuando.
¿Y qué hay con la tristemente célebre “panza chelera”? Pues no, la cerveza no tiene culpa, culpen ustedes a la botana con que la acompañan. Porque para su tranquilidad las maltas tienen menos azúcar que los refrescos y menor grado de alcohol que los destilados.
Basta de datos que limitan su consumo, van los lugares donde una tarde calurosa deja de serlo gracias a las generosas cantidades de oscuras o claras.
Beer Stop Condesa
Éste es uno de los lugares consagrados al cheleo informal. Acá se viene a “chupar tranquilo” y a divertirse sin complicaciones (no hay lugar para malacopas). Las alitas son su hit y los partidos, el box o cualquier evento deportivo su día a día. El espíritu fiestero se manifiesta en sus promociones y descuentos. La atención al cliente es buenísima. El litro de cerveza es uno de los más accesibles en la relación Precio – Calidad. Además está muy cerca del metro y del metrobús para que dejes el coche en casa. Son pet friendly (la mascota del lugar se llama “Churro”, el encargado de darle la bienvenida a los perros asistentes).
Está en: Tamaulipas 228, Col. Hipódromo Condesa. 6285 2629
La Elodia y sus bondades
Dicen que “recordar es volver a vivir”, y este bar condesero es el mejor ejemplo de esta clichetera frase. Si habías olvidado los días de escuela, date una vuelta por aquí, encontrarás mesas animadas con no menos de cinco personas, todos felices con sus megavasos rebosantes de espuma o chile piquín. Los precios accesibles hacen que sea una tentación de estudiante. Alumnos de las prepas y universidades de la zona son su público cautivo, pero también le cae fauna de todo tipo por su estratégica ubicación. Esta esquina es buena para ahogar penas de amor, celebrar un cumpleaños o volarse una clase.
Está en: Mazatlán 138, esq. Michoacán, Condesa. 5286 9126
Hijo del Cuervo
Los llamados cuervos cheleros siguen volando sobre el centro de Coyoacán. Este bar es un clásico del sur de la ciudad. Todas las noches recibe por igual a bohemios que paseantes. Aunque el servicio es un poco lento porque el lugar se atasca, lo recomendable es pedir una torre de 5 litros de chela (tú la administras y no tienes que esperar los rondines del mesero). Si les toca en la terraza, tómense su tiempo para disfrutar la vista y la bebida. Aunque ya no es lo que antes, el Hijo del cuervo no ha perdido su encanto: la música sigue siendo muy buena y, si vas entre semana, puedes precopear a gusto. Los fines de semana, por ahí de las 10 de la noche, más vale armarse de paciencia y olvidar las mesas del exterior.
Está en: Jardín Centenario 17, Coyoacán.
Salón Corona
Tomar una chela y quitarte el hambre, esa es la premisa del Salón Corona. Si vas solo y quieres comer algo rápido con una clara u oscura de compañera, la recomendación es instalarse en la barra, donde el servicio es bastante ágil y, por experiencia, la comida está mejor servida. Si vas en grupo, la consigna es mantener litros de chela fluyendo por el entorno, y harta botana al centro. Aunque hay sentimientos encontrados respecto al servicio, que varía en calidad según la sucursal, decide si te late o no después de una primera visita.
Está en: Bolívar 24. Centro Histórico. 5512 5725
La Facultad
En este lugar de la colonia Roma se reúne banda muy variada en busca de una chela a mitad de semana. Los precios son accesibles y hay muchas promociones. La consentida es la de los martes: Dos litros de chela por 100 pesitos. Tiene un ambiente que te recuerda las escapadas de la prepa y algunos tramos de la universidad. Es un bar cumplidor y bien ubicado, ideal para pasar el rato apagando la sed de la semana.
Está en: Álvaro Obregón 228 Local 1, Col. Roma. 6285 0820
La Chavela
Un antro en toda la extensión de la palabra. Borrachera máxima por doquier (elegido por fresas y Godínez de la zona como uno de sus punto de reunión a media semana) Este lugar ofrece un karaoke bastante “sui generis”, con litros de chela para aclarar la garganta y una pista de baile en la que, si estás de ánimo, te la puedas amanecer. La mayor parte de los asistentes no rebasan los 25, el ambiente si es muy de chavitos y after office en algunos casos.
Está en: Insurgentes Sur 1464, San Ángel.