Curiosamente, somos una generación que valora las antes llamadas “bebidas de abuelito”. Beber un buen whisky trasciende la edad, la nacionalidad y hasta la ideología.
Por eso reunimos una selección de 7 bares donde puedes vivir la experiencia de sentirte parte de un club, de un círculo de complicidades entorno a este célebre destilado.
Van 6 legendarios bares internacionales y el séptimo es un esfuerzo nacional que debes visitar.
En Escocia, el tabernoso St. Andrews Bar
Su carta tiene 183 whiskys y la filosofía de la casa es mantener sobre la barra 60% de whisky por un 40% de cervezas. Este bar es famoso por elegir cada mes un una etiqueta de whisky y degustarlo con singular alegría. Además es un bar súper democrático pues el trago más caro no rebasa las 12 libras. Situado en el corazón industrial de Escocia, St. Andrews Bar es un bar honesto y amigable con un ambiente netamente escocés, ha sido un lugar de las cábalas de los diversos partidos políticos en los últimos años. El St. Andrews Bar no está en una ruta turística normal, tiene que ser buscado, pero la travesía para llegar a su barra, vale la pena el esfuerzo.
En Londres, el clásico Boisdale
Es uno de los bares más extensos e impresionantes de whisky en el mundo. La mezcla del lugar es tabaco, whisky y buena comida. El lugar empezó siendo un lugar pequeño, pero la combinación de whiskys de una malta y habanos se volvió irresistible. La decoración es en rojos con madera y dorados, muy al estilo de un antiguo club de caballeros. Se olvida del acartonamiento gracias a las animadas noches de jazz. Hay que llevar un presupuesto alto, pues el trago más barato ronda las 7 libras mientras que el más caro alcanza las 54. Y como lo dice en su slogan: En un mundo moderno… Disfruta de las más fina de las épocas pasadas.
Por las calles de Dublín, el bohemio The Palace Bar
Es este bar llegas a hacer amigos, no importa si vas solo o acompañado pero garantizamos que agarras plática en cuanto cruces la entrada. No hay música, la única época de año en la que escucharás alguna nota es durante San Patricio. El resto del año es para socializar y beber whisky. Las paredes son una especie de murales llenos de dibujos y fotos de escritores, políticos y deportistas irlandeses. Su bodega no es tan extensa pero la selección es la onda, además el público reúne estudiantes, periodistas, figuras públicas y uno que otro viajero. Es un lugar con mucha historia pues es uno de los más antiguos de la ciudad ya que abrió sus puertas en 1828.
En México, una joyita Wallace
Más de 150 etiquetas reunidas en un solo lugar, con un ambiente de gastro pub escocés muy bien logrado y con la esencia de los tradicionales whisky bar del viejo mundo, pero en la Condesa. Los espacios de la casa que le sirve de locación, permiten encontrar diversos ambientes, puedes hacer barra, echar la copa con los amigos en algún gabinete, jugar billar o de plano armar la fiesta en alguna de las salitas privadas hasta que el cuerpo aguante. Como todo buen bar de whisky tiene una cómoda terraza para fumar. La música se mantiene en los ritmos de jazz, soul y funk. Aunque la idea es probar derecho el whisky elegido, los tragos son altamente recomendables y son una buena forma de entrarle por primera vez al whisky y así enamorarte poco a poco de este fuertecito. Si no lo conoces cáele cuanto antes, si ya fuiste, seguro tienes ganas de regresar.
Wallace: Tamaulipas 45, Condesa.
En Berlín, la elegancia de Newton Bar
Lo encuentras en una de las plazas más bonitas de la ciudad: Gendarmenmarkt, una de las plazas berlinesas más bonitas, el bar fue bautizado así no por Isaac Newton sino que debe su nombre al fotógrafo Helmut Newton (famoso por sus fotografías para Vogue y Elle). Su carta de whiskys es enorme, pero llama la atención su cuidadosa selección de single malts. El bar es amplio y en su decoración domina el mármol, además en varias paredes están las más famosas imágenes del fotógrafo. Tiene un ambiente de ligue y contrario a lo que imaginas, el bar no tiene cadenero y no hay código de vestimenta establecido, aunque te recomendamos evitar la facha.
En Ámsterdam, para incondicionales De Still
Su decoración recuerda el estilo escocés, inspirado en los paisajes y música gaélica. Tiene una especie de vitrinas a resguardo o aparadores con llave donde los clientes habituales guardan su botellas para bebérselas con tranquilidad y cuando se les antoje. Este es un auténtico lugar del culto al whisky, pues su carta ofrece 280 etiquetas y sus clientes se organizan para “peregrinar” anualmente a tierras escocesas. Hay catas y charlas sobre el destilado, pero no te intimides, pues expertos y novatos en el whisky son bienvenidos.
En Nueva York, el cosmopolita Vintry Wine & Whiskey
La unión de vino y whisky de un concepto se deriva de la naturaleza artesanal de ambas bebidas. Vintry ofrece Whiskys una variad selección de irlandeses, escoceses, americanos, japoneses y canadienses y unas 80 etiquetas de vino. Aunque en el ambiente flota un cierto ambiente de pub británico, el espacio resulta universal y de muy buen gusto. Aunque un buen whisky no se mezcla recomendamos probar la coctelería pues su mixólogos son de los más creativos de Manhattan.
¿Conoces alguno de estos bares?