Típico: se atrasa tu vuelo y tú te quedas varado en el aeropuerto, con un hambre de león que pone de malas a cualquiera. Las opciones son pocas; o comes en el fast food o vas a los pocos restaurantes que hay, que cobran el huevo con jamón a precio de caviar. Bueno, pues aquí va un tip si es que estás en el aeropuerto —o cerca de la zona— y quieres probar una de las tortas mejor servidas de la Ciudad de México: Las Aerotortas.
Este lugar comenzó en un local pequeñito, pero a base de buenos tratos, porciones generosas y una manera de preparar las tortas que no le piden nada a las mejores que hayas probado. Las Aerotortas tienen ya 37 años llenando a los comensales de La Federal. Esa colonia de la ciudad que vista desde el cielo parece una telaraña, por su peculiar forma octagonal.
«Al principio venía sólo gente que trabaja en el aeropuerto, como pilotos, sobrecargos o maleteros», nos cuenta entre risas Guillermo Ramírez, el cajero. «Me acuerdo que en una ocasión un piloto se comió una torta cubana, como la que tienes enfrente, y encima se pidió una orden de flautas y dos refrescos. Todos se extrañaron de que pudiera comer tanto, pero luego nos enteramos de que en el trabajo lo tuvieron que poner a caminar porque ya le estaba dando una congestión por tanto comer»
Son tan grandes que la gente suele comerse la mitad aquí y la otra se la llevan para cenar. Acabarse una de estas tortas de casi un kilo no cualquiera y, a decir de Guillermo, los que más las piden son los pilotos.
«Yo, por ejemplo, no me la termino. Pero los pilotos sin problemas, de hecho dicen que estas tortas están hechas a su tamaño».
Además de las tortas de dimensiones descomunales, las flautas tampoco cantan mal las rancheras. Son extragrandes y las puedes pedir especiales, o sea cubiertas de cobertura adicional de quesillo, pierna, milanesa, costilla o pollo. «Las flautas con milanesa son las que más nos piden», nos dice Memo.
A lo largo de sus ya casi cuatro décadas, estas tortas han cautivado a generaciones y el que las prueba, regresa. «En esta zona hay secundarias. Chavitos que venían en sus tiempos de secundaria ahora ya tienen hijos o hasta nietos y siguen viniendo. También vienen trabajadores jubilados que las conocieron cuando chambeaban en el aeropuerto. Hasta vienen de otras colonias y estados a probarlas».
Ellos resaltan que uno de los secretos de su buen sabor es que todo es del día, y prefieren decir que algo ya se acabó a vender cosas viejas o refrigeradas. Pero, por supuesto, el mejor juez siempre serás tú. Así que si te consideras un tortero de hueso colorado y quieres darles el visto bueno, Las Aerotortas te esperan con las alas abiertas.