Durante treinta años el Mesón del Cid ha buscado conservar las tradiciones culinarias españolas en la ciudad. Una de sus mejores ejecuciones es la paella de la casa, que integra un catálogo de cielo, mar y tierra sobre el suculento arroz perfumado y entintado con auténticos pistilos de azafrán. También condimentado con el “sofrito” de tomate y ajo. La porción es suficiente y deliciosa. Vale la pena darse el tiempo para saborear todos los elementos.
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