Son pocos los lugares en México que ofrecen brunch. Claro que en los hoteles está presente, pero generalmente es buffet y hay muy pocas opciones. Cheesecake Factory nos trae su brunch dominical, en el que, aparte de comer delicioso, vas a acabar lleno y feliz, muy feliz. Date una vuelta con la familia, el novio, la tía del novio o tu roommie. A quien lleves te lo va a agradecer por el resto de tus días.
Monte Cristo Sandwich
Este pan francés va relleno de jamón, tocino, huevos revueltos y queso derretido. Cada mordida te cruje en la boca porque, por afuera, tiene una capa de cereal de maíz tostado. El plato trae papas cortadas en cubitos y dos mini bowls: uno con catsup y otro con mermelada de fresa. El chiste es ponerle dulce a lo salado y salado a lo dulce. Aviéntate a pedirlo y cuídate de tus acompañantes, seguro te roban una mordida.
Blueberry Pancakes
Para que te des una idea de lo buenos que están éstos, se entrevistaron 36 proveedores para perfeccionar la receta. Si pudiéramos bautizarlos nosotros, los llamaríamos Dios En Forma De Pancakes. Ahí les va: se te deshacen en la boca antes de masticarlos y son esponjositos y suavecitos y podrías usarlos de colchón si tu cama no te convence. Lo más importante, las blueberries no te empalagan porque están distribuidas con un cálculo perfecto de los ingenieros pancakeros y se balancean con el sabor del panecito. Para qué mentir; todo en este platillo está bien. Por si fuera poco, vienen con un syrup de maple diferente al común.
Huevos Rancheros
Creerías que son los típicos, pero te sorprenden. En una presentación para los de buen comer, los huevos rancheros tienen de base una tostada del tamaño de una tabla de surf (casi). Encima va salsa ranchera, huevos estrellados, aguacate, pico de gallo y crema ácida. Debajo de todo van frijoles negros, que se hacen cada hora en el restaurante. Si traes ganas de un platillo mexicanísimo, éntrale con ganas a éste. De lo único de lo que te vas a arrepentir va a ser de salir con 15 kilos más. Spoiler: te van a regresar en el techo del coche como arbol de Navidad.
Bruléed French Toast
De todo lo que puedes pedir en Cheesecake Factory, nosotros te vamos a hacer la recomendación más sincera: PIDE EL BRULÉED FRENCH TOAST. No hay una sola cosa en el mundo que se le parezca a esta octava maraviila. La preparación es un proceso bastante largo: lo dejan repostar por 24 horas y masajean la masa para que haga un efecto esponja y absorba líquidos y sabores. Gracias a todo este trabajo de nuestros amigos cocineros, el pan francés en tu plato sale crujiente por fuera y suavecito y húmedo por dentro. Lo espolvorean con azúcar glas y te dejan el syrup de la casa. De verdad, amigos, háganos caso. Pídanlo. Pidan 2 y llévense uno para cenar. Pidan todos los de la cocina y repártanlo en su calle. Es lo mejor que van a comer este año.
Eggs Benedict
Los que todo mundo conoce, pero mejores. La salsa holandesa se prepara una hora antes de abrir el restaurante porque tiene una preparación sumamente cuidadosa y con mucho amor. A diferencia de la mayoría de los lugares, aquí los huevos poché no saben ácidos por cocerlos con tanto vinagre. La consitencia y el sabor son perfectos y, cuando los partes, la yema se desborda justo como tiene que hacerlo. Hay una variación en el menú: aparte de los clásicos benedictinos, hay unos que tienen espinaca y jitomate. Son los preferidos del lugar, dales una probadita.
Cheesecake Factory
Av. Vasco de Quiroga 3800, Santa Fe
2167-0456
sáb-dom 9-14 h
¿Cuál van a pedir?