A las 2:45 de la madrugada del domingo 28 de julio, un terremoto de 7.7 grados, con epicentro cerca de Acapulco, sacudió a la Ciudad de México, y se sintió tan fuerte que derribó la escultura de la “Victoria Alada” (el Ángel) de su pedestal, localizado en la parte más alta de la columna del Monumento a la Independencia.
Por eso, este temblor es conocido por muchos chilangos —lo hayan vivido o no— como “el temblor del Ángel”. Aunque la escena es la que más ha permanecido en el tiempo, la verdadera tragedia se vivió a unas calles de ahí, en la colonia Roma.
En la esquina de Álvaro Obregón y Frontera, donde hoy se encuentra el estacionamiento del hotel Monarca, se inauguró a inicios de 1957 un edificio de departamentos en donde vivían una docena de familias.
Pero esa noche, el edificio se vino abajo, sepultando a sus habitantes que dormían y a algunos invitados que asistían a una fiesta que se organizaba en uno de los departamentos.
Lo fuerte del temblor provocó que sus cinco pisos cayeran uno sobre otro, por lo que decenas de voluntarios y policías iniciaron de inmediato la labor de rescate. En el lugar, de acuerdo con los registros de prensa de la época, perdieron la vida entre 33 y 55 personas —no hubo cifra oficial confirmada—.
Fue aquí donde más personas murieron en la ciudad por consecuencia de este terremoto.
Otros derrumbes y el total de víctimas
Sólo otras dos construcciones de la Ciudad de México sufrieron colapso total: la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional —sí, es irónico que se cayera la escuela de los arquitectos— y una casa en construcción en Romero de Terreros. No hubo víctimas en ambos casos.
Hubo otros legendarios inmuebles que resultaron dañados, como uno en Paseo de la Reforma llamado “Edifico Corcuera”, que era el segundo más alto de la ciudad —después de la recién inaugurada Torre Latinoamericana que no sufrió daño alguno—, y otro propiedad del actor Mario Moreno Cantinflas, pero no se derrumbaron en ese momento, sino que tuvieron que demolerlos posteriormente.
Hablando de actores, un dato curioso fue que una gran cantidad de cines —de esos grandes cines de aquellos años— resultaron dañados durante ese sismo, como el Cine Encanto, ubicado en la Colonia San Rafael y en el que cabían hasta 4 mil personas.
Los registros del sismo señalan que murieron 59 personas, aunque los daños materiales fueron muy grandes; es decir, el número de víctimas fue relativamente “bajo”.
De hecho, precisamente sobre el número total de víctimas, hay algunos registros más recientes que señalan que fue de 160 personas, aunque otros contabilizan 700. Pero si tomamos en cuenta que en el edificio de Álvaro Obregón y Frontera es donde murieron más personas, podemos decir que estas últimas cifras son algo exageradas.
Así que el “Ángel” no fue la única víctima del gran terremoto de 1957.