Cuántas veces no te ha pasado que todo pinta para ser un día hermoso -el cielo está soleado, los pajaritos cantan, te despiertas y te ves hermoso(a) en el espejo , te sientes mágicamente radiante- hasta que algo o alguien arruina todo lo maravilloso de esa situación.
Aquí las típicas situaciones arruina sonrisas. Echa ojo
– Estás de buenas y a tu jefe se le ocurre decirte: “Mañana necesito hablar algo contigo” = Noche arruinada, estrés, chaquetas mentales e insomnio.
– Tienes una noticia increíble para tu pareja, marcas súper emocionado(a) y el celular te manda a buzón. = Bajón máximo, ya ni quieres contarle nada.
– Por fin tienes unas vacaciones espectaculares en la playa y sabes que coincidirá con tu periodo. = Incomodidad y flojera.
– Tienes un antojo brutal de comer en tu restaurante favorito y cuando llegas, está cerrado. = Quieres llorar del monchi arruinado.
– Al fin tienes una novia guapísima y espectacular, y en cuanto agarra confianza se pone gorda y se vuelve fodonga. = Piensas que tienes una maldición.
– Te ligas un hombre tan guapo que no lo puedes creer. Llegan a la cama y resulta que tiene un mini mi. = Te cuestionas si existe realmente el hombre perfecto.
– Al fin te animas a caminar por las calles del DF, recorres varias cuadras, hasta que una espantosa caca de perro se queda pegada en tus tenis nuevos. = Gritas groserías y generas un odio fuertísimo por el dueño irresponsable de ese perro.
– Después de mucho tiempo sin tener dinero, al fin tienes la cartera bien llena, vas a las tiendas a comprar ropa y absolutamente nada de esta colección que te gusta. = Te vuelves antimoda por el trauma (exageré).
– No eres una persona aventurera, pero te animas a probar un deporte extremo. Subes la montaña y te sientes orgulloso. De bajada te caes y te fracturas algo. = No vuelves a intentar nada por el estilo, nunca.
– En la vida usas ropa blanca y el día que te atreves a usarla te manchas todo con mole. = Te vuelves darketo.
– Te sale un plan increíble y te animas a ir. Es medio lejos, pero sabes que valdrá la pena. Llegas al Periférico y está tan mal el tráfico que sabes que harás tres horas. = Llegas despeinado, sudado y con ganas de matar a alguien. La ilusión se fue por completo.
– Te invitan a un viaje espectacular, checas tu pasaporte y está vencido. Te la pelas y ya no vas.= Odias la burocracia más que nunca en tu vida.
– Estás más enamorado que nunca. Es más decides tatuarte el nombre de tu novio(a). Al mes lo(a) encuentras besándose con alguien más. = Te vuelves emo y te quieres arrancar el cacho de piel que tiene su nombre.
– Te gana la pasión y te echas el mejor acostón de tu vida. En el momento no te preocupa usar protección y te dejas llevar, al fin que es “sólo la puntita”. Después de tres meses resulta que estás embarazada. = Conviertes el hubiera en tu religión: “si tan sólo hubiera…”
– Te vistes de minifalda y te alacias el pelo. Justo ese día cae el peor diluvio de la historia. = Te resignas a ser china y monja tapada.