A veces es inevitable imaginar moros con tranchete y existen momentos en los que no podemos evitar esas paranoias típicas de “nadie me quiere”, “¿por qué son así conmigo”, etc. Pensamos que todo está en contra nuestra y nos enojamos con la gente que tenemos cerca. Lo peor de todo es que no hablamos claramente sobre el asunto y guardamos rencores por acciones que ni nos constan: “Lo odio por algo que me hizo… aunque no sepa que me lo hizo”.
¡Qué tontería!, ¿cuántos errores por culpa de la desinformación pueden existir?, y más actualmente que mucha de nuestra comunicación depende de redes sociales…
Usa estos tips en esos momentos de duda y no te alteres por cosas sin importancia. Recuerda que suponer es un grave error del cual nadie te puede sacar, más que tú mismo.
1- No confíes en las redes sociales
Imaginar que alguien está en tu contra por sus estatus o por no haberte invitado a algún evento por Facebook es una tontería. ¿Cuántas veces se te ha ido la onda al enviar cosas por este medio? Incluso has escrito estatus que se toman a pecho tus cuates y tú te referías a otra cosa…. Pregunta antes de sentirte atacado.
2- Si no escuchaste bien, no inventes
Nada de que: “no sé si escuché bien, pero creo que dijo esto”. Eso no existe: oíste o no, pero poner palabras en la boca de los demás te puede traer conflictos que ni existen. Y esta es típica de las fiestas. El alcohol y la fiesta distorsionan la realidad. Jamás te fíes de algo que sucedió bajo el efecto del alcohol.
3- No exijas invitación impresa
Cuando se trata de un cumpleaños o una reunión, no puedes exigir que llegue a tus manos una invitación a domicilio. No seas de los sentidos que dicen: “A mi nadie me invitó”, es obvio que si tu mejor amigo mandó invitación a todos y a ti no es por que se le olvidó, no porque te odie. Mejor evítale la pena de darse cuenta después.
4- Si no llaman, hazlo tú
Actualmente, que un pájaro pase a una velocidad más rápida de lo usual es suficiente para que la señal del celular valga un cacahuate, por lo que suponer que alguien te desvió la llamada o apagó el celular no es muy inteligente; de igual manera, no puedes pensar que todos los mensajes de texto que envían llegan. Aprende a confiar, si quedaron en llamar y no lo hicieron inténtalo tú, ¿qué te detiene?
5- Entiende que la gente hace caras
Cuando estás molesto con alguien es normal que sientas paranoias de más: que si te saludo con el cachete muy de lado, que si te volteó a ver raro, que si no te ha dirigido la palabra en lo que va de la noche. Pero recuerda que lo que no quiere decir que realmente esté sucediendo. Triste pero cierto: el mundo no conspira en tu contra porque no eres tan importante como para que todos se pongan de acuerdo. Deja de imaginar cosas, hablando se entiende la gente. A la primer cara que alucines, dilo.
6- No te pongas tus moños
Adoptar una posición en contra de todos los que supones que te agreden es algo con lo que tú, y sólo tú cargarás. Mientras ellos no sepan nada, tú estarás haciendo corajes y ellos ni en cuenta. O quizá pensarán que eres un freak. Al que no habla, dios no lo oye. Comunícate.
7- No te pongas el saco…
De repente podemos tener nuestros propios conflictos y cuando esto pasa el inconsciente nos traiciona. Hay mensajes que nos caen pesados cuando tenemos la cola entre las patas o cuando de plano estamos sensibles. Aunque eso te suceda, no des por hecho que la gente te está queriendo decir algo; mejor analízate con más calma y encuentra qué es lo que te está molestando de ti mismo.
8- Aclara la situación, no te quedes callado
Si no hablas nadie adivinará que estás enojado. Deja a un lado las niñerías de dar rodeos o de enviar indirectas. Siempre el ser directo y claro te abrirá muchas puertas.
9- No tomes partido si no te incumbe
A veces, cuando eres testigo de un problema entre dos partes, es inevitable tomar partido. Si lo haces y no tienes antecedentes claros, te arriesgas a perder amistades y sentirte mal. Mejor deja que la gente arregle sus problemas sola.
10- No leas ‘entre líneas’
Si tuviste un desacuerdo con alguien y éste empieza a tuitear o postear cosas que crees que son indirectas contra ti, ignóralas. Lo más probable es que no lo sean, y si lo son, en primera nadie entenderá (ni tú estás seguro) y en segunda ¡qué bobo el otro! Tantita madurez.