Para muchos, la noticia fue como un regalo de Navidad: A finales del año pasado, la Secretaria de Medio Ambiente de la CDMX (Sedema) anunció la suspensión de la verificación vehicular, para sustituir 74 verificentros por 55 nuevos con mejor tecnología. Aclaró que será reactivada a partir de julio y acá puedes checar el calendario.
Es decir, los particulares no deberán verificar en los primeros seis meses del año y no pasará nada. En general, la decisión fue bien recibida por los chilangos, pero ¿qué significa la suspensión de la verificación vehicular para la vida en la ciudad? La respuesta es complicada. Según algunos expertos, los efectos de esta medida impactarán la calidad del aire y es posible que en los próximos meses tengamos contingencias; además –a la par– pueden aumentar enfermedades en las vías respiratorias.
¿Por qué la suspensión de la verificación vehicular empeoraría la calidad del aire?
«Definitivamente la suspensión de la verificación vehicular va a agravar la calidad del aire que respiramos», explica Óscar Vélez Ruiz, fundador y director general de Revive México Consultoría Ambiental. «El hecho de que este primer semestre de 2018 no se sometan a la verificación las unidades vehiculares –que rondan casi los 5 millones en la Ciudad de México– tendrá un impacto adverso y negativo en el aire que respiramos».
Agrega que la calidad del aire en la ciudad no ha mejorado. Por el contrario: cada día es peor y con esto se han incrementado las enfermedades respiratorias. Según el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la CDMX, en 2017 sólo se presentaron 21 días de buena calidad en el aire y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) advirtió en 2016 que en la Zona Metropolitana del Valle de México se han registrado 9,600 muertes debido a la contaminación del aire.
«Entiendo que la decisión se tomó para que los verificentros que operan en la ciudad se sometieran a una inspección. Es un hecho que tienen que renovarse, estamos hablando de que la mayoría tiene más de 20 años en operación», nos cuenta. «La medida era necesaria, pero no fue el proceso correcto. Mi propuesta hubiera sido hacerlo de manera gradual: se pudo haber hecho por delegaciones, por ejemplo, con esto se hubiera logrado que se siguieran evaluando las emisiones de los vehículos. Pero al suspender la operación de todos los verificentros, automáticamente provocas que se sobresaturen las emisiones y, por ende, que la contaminación del aire se incremente».
«El primer semestre de 2018 la calidad del aire será mala, tendiente a muy mala», agrega el químico Luis Manuel Guerra, presidente del Instituto de Asistencia en Investigaciones Ecológicas. «Eso ya lo podemos saber precisamente por el aumento de la concentración vehicular, la ausencia de la verificación y el mal estado que tiene gran parte del transporte público. Entonces seguramente vamos a tener un mal –tendiendo a muy mal– primer semestre, seguramente con contingencias». Hasta ahora, las cifras indican que la calidad del aire de 2018 no será buena: en este primer mes solo tres días han sido catalogados como «días limpios».
Claro, no todos los especialistas opinan lo mismo. La doctora Patricia Segura Medina, jefa del departamento de Investigación en Hiperreactividad Bronquial de Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, no cree que la suspensión de la verificación vehicular empeorará la calidad del aire en la ciudad.
«Debe quedar muy claro que (más allá de esta medida) todos somos un problema y todos deberíamos de ser parte de la solución. Es decir, todos contaminamos todo el tiempo y todos tendríamos que hacer cosas por emitir menos contaminantes», explica. «Entiendo que es una cuestión técnica, porque se necesita cambiar los equipos para hacer las verificaciones. Además, si a alguien le preocupa el estado de su coche y si está emitiendo o no, se seguirá preocupando le toque o no le toque verificar; de igual manera, el que quiera hacer trampa va y paga y es corrupto para pasar las verificaciones, esas personas van a seguir contaminando».
El coordinador de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), Martín Gutiérrez, también desestima los efectos de la suspensión de la verificación vehicular, debido a que –asegura– solo una cuarta parte de los vehículos que circulan en la Zona Metropolitana del Valle de México cuentan con placas de la CDMX, por lo que el resto de autos sí deben cumplir con el programa de verificación.
No obstante, el coordinador advierte que será un año particularmente grave en materia de calidad del aire: el número de contingencias podría aumentar hasta a 15 entre febrero y abril, lo cual significa que se superará el límite de 150 puntos Imeca durante al menos 15 días. Esto debido también a condiciones meteorológicas: esos meses lloverá muy poco.