Mejor conocida como el paraíso de los surfistas, Riviera Nayarit es demasiado popular para el turismo extranjero y desconocida por muchos mexicanos, justamente hablaremos de ella para sacarla del anonimato. Esta región del Pacífico abarca 160 kilómetros, va de Nuevo Vallarta a San Blas. Nosotros visitamos 3 destinos: Bucerías, Punta Mita y Sayulita.
Bucerías
Si amas la tranquilidad y quieres huir de los tumultos y los turistas caprichosos, tienes que visitar este pueblito. La playa es solitaria; el oleaje del mar, tranquilo, y la arena, delgadita y suave. Los lugareños son amables y atentos con los turistas, ellos te pueden orientar y ayudarte a encontrar un lugar donde hospedarte según tu presupuesto o tus exigencias: te dan el dato de alguien que rente cuartos en su casa o de algún hotel donde te consientan mucho, como el Starbay Boutique Resort. En la playa podrás estar horas mirando el horizonte, tomar un libro y leer mientras tomas el sol, platicar con el señor que tatúa con henna o, si corres con suerte, hasta tendrás chance de nadar con las rayas que andan cerca de la orilla de la bahía.
Punta de Mita
Si lo tuyo, lo tuyo es que te traten como rey, éste es el lugar que buscabas. Punta de Mita se caracteriza por ser la zona en donde se encuentran los resots más exclusivos del mundo, como Imanta, lugar que ha sido colocado entre los 7 mejores hoteles del mundo y cuyo servicio ha ayudado a ubicarse en los tops de lo mejor de lo mejor en hotelería. Su inspiración es Asia y su objetivo ofrecer un servicio personalizado en uno de los lugares "más privilegiados del mundo".
Ubicado a menos de 60 minutos del aeropuerto de Puerto Vallarta, en el pueblo de Higuera Blanca, su arquitectura coexiste con el entorno: cerros llenos de vegetación y fauna selvática. Los hits de este lugar son la elegancia, la tranquilidad y lo eco-friendly: tienen azoteas verdes, utilizan productos orgánicos, sustentabes y reutilizables. Cuenta con 15 habitaciones, 600 metros de playa privada, servicio de spa a la habitación, un chef que prepara lo que tú le pidas –recién salidito del mar–, caminatas guiadas por la selva y cualquier actividad marítima que se te antoje.
Para llegar a Imanta debes contar con reservación. Hay un par de puertas antes de llegar al lugar donde te dan la bienvenida con una bebida fresca y una toallita para el sudor. Las habitaciones son casonas independientes con terrazas con piscinas privadas, muebles de madera, baño al aire libre y camas king size. Tiene un bar con un observatorio desde donde puedes ver las rojísimas puestas de sol del Pacífico. Checa sus promociones de verano en su Facebook y Twitter.
Tip: ahorra y date unas vacaciones que cualquier mirrey envidiaría. Mira si no.
Sayulita
Es quiza la playa más popular de la Riviera. Se caracteriza por ser uno de los destinos más admirados por el turismo estadounidense, principalmente por los surfistas. Se encuentra a 40 minutos de Puerto Vallarta y puedes llegar en autobús. El centro y la playa están llenos de lugares para comer, tomar una cerveza y/o rentar tablas de surf, incluso hay clases para quienes no sepan y sí quieran.
Este destino turístico enclavado en medio de la jungla está lleno de hoteles escondidos donde puedes disfrutar del contacto con la naturaleza y los sonidos de los pájaros, los geckos, los grillos y las olas. Uno de ellos es Playa Escondida, un hotel que está a 30 minutos caminando de Sayulita. Es un rincón bohemio eco-chic que mezcla lo rústico con lo boutique. Cuenta con 25 habitaciones –chozas de madera teca y petate– con ventanas de bambú –sin cristales– en las que no hay televisión ni aire acondicionado, en cambio hay un par de ventiladores, uno sobre las camas –que están rodeadas con una tela-mosquitero–. Tiene un par de albercas –una de ellas al pie del restaurante– y un jacuzzi con agua caliente –desde donde puedes ver los atardeceres–.
Este lugar está pensado para parejas y aunque prefieren mantener la tranquilidad de los huéspedes no es como que no acepten niños. De aquí nos quedamos enamorados de la comida del restaurante, la maestra de yoga, pilates y striptease aeróbico y del barman del que aprendimos que la cerveza con ron, jugo de naranja y jarabe natural puede saber deliciosa. Como llegamos en temporada de cangrejos, pudimos ver muchísimos pequeños en la playa y unos ya más grandecitos en el lobby. Este hotel también busca repoblar el área con los pericos que salvaron de las garras de los depredadores y que ahora cuidan. Chécate acá sus ofertas, principalmente las de verano.
Tip: No te asustes por la falta de TV y aire acondicionado, tus noches serán deliciosas mientras escuchas las olas rompiendo con la playa. Échale un ojito.
¿Cómo llegar a la Riviera?
Lo más recomendable es agarrar avión, sobre todo si eres impaciente y quieres evitarte el cansancio de viajar más de 11 horas en autobús. Debes llegar al Aeropuerto de Puerto Vallarta, zona medio manoseada, aunque tiene sus cosas buenas –como los tours en barquito–; puedes moverte a la zona de la Riviera en taxi –sobre todo si vas a Punta de Mita– o en autobús –si el plan es pueblear–.
Platillo de la región: Pescado zarandeado.
Artesanía: huichola (figuras decoradas con chaquira) y cuadros de estambre.
Especial para: turismo preocupado por el cuidado de la naturaleza.