Con la misma tenacidad con la que corre más de 10 kilómetros cada domingo por Paseo de la Reforma, y con la misma pasión con la que trabaja en cada uno de sus proyectos de arquitectura, Emilio Cabrero ha dedicado tiempo y esfuerzo para que Design Week México esté a la altura de las semanas del diseño de Nueva York y Londres.

Pero no es que un día Emilio haya despertado iluminado por la providencia. Más bien fue gestando la idea con el tiempo, hasta que fue tomando forma y pudo concretizarla. Durante muchos años había asistido a eventos de diseño –arquitectónico y de interiores– en diferentes partes del mundo. En México eran áreas sin desarrollo, hasta que las universidades abrieron carreras afines, se crearon tiendas especializadas y la gente comenzó a buscar productos nacionales.

Como el diseño había alcanzado tal fuerza, a Emilio le pareció posible emprender Design Week y que tuviera eco entre las personas dedicadas al diseño, la arquitectura y el interiorismo. Ya lleva cinco años ininterrumpidos. A pesar de que tiene su propio despacho de arquitectura, C Cúbica, Design Week ronda todo el tiempo en la cabeza –y en la vida– de Emilio. Durante todo el año, este hombre delgado, de ojos chiquitos, cabello negro, frente amplia y barba a medio rasurar idea planes para que esos ocho días de Design Week sean memorables. Por eso le dedica toda su atención, sin descanso y sin cobrar un solo peso.

Lean más sobre Emilio y Design Week en nuestra edición de octubre de Chilango.