La Santa Muerte
Por: Juan Carlos Zamudio
Aunque no se tiene certeza absoluta de los orígenes del culto, en México desde hace más de tres mil años existe la adoración a la muerte. Las antiguas culturas la concebían como algo necesario y que le ocurre a todos lo seres por naturaleza. Comparaban los ciclos de la noche y el día, o época de lluvias y sequías, con el ciclo del vida y muerte.
Uno de los pueblos antiguos más devotos a esta deidad fueron los aztecas, que llevaron al límite la adoración a la muerte.Comenzaron a representar a la vida y la muerte en figuras humanas descarnadas por la mitad. Estas imágenes simbolizaron la dualidad entre lo vivo y lo muerto, lo que llevamos dentro.
La colonización española logró disminuir la devoción a la muerte, pero no pudo erradicarla. El culto permaneció oculto hasta el siglo XIX cuando la represión fue tal que los católicos mandaron quemar cualquier imagen de la Santa Muerte.
El nuevo culto a la Santa Muerte, se dice que reapareció en Hidalgo, en 1965. Y está muy arraigado en el Estado de México, Guerrero, Veracruz y Distrito Federal. El cremimiento ha sido tal que se posiciona a las alturas de la Virgen de Guadalupe.
De acuerdo con sus seguidores, su día oficial es el 15 de agosto.
La iglesia Católica condena esta veneración, aunque a la mayoría de sus seguidores no les importa esta aparente contradicción entre la santificación y el culto pagano.
Gracias a esto, muchos seguidores llegan a erigir su propio altar en su casa o negocio para pedir protección.
Los devotos a la Santa Muerte, se acercan a su imagen para pedir favores comunes, relacionados con el amor, trabajo, etcétera, pero también tienen fines malévolos como venganza o muerte de sus enemigos. Dicen que la “niña blanca” les cumple todo, siempre y cuando le hagan ofrendas que inclyen puros encendidos y pan.
Cada 20 de agosto en Tepatepec, Hidalgo, los adoradores hacen un peregrinaje a donde se conserva la imagen más antigua de la Santa Muerte. Los seguidores llegan de todas partes de México.
Esta imagen realmente hacía referencia al esqueleto de San Fernando de Claraval, pero el pueblo mexicano lo vio como la muerte, ya que las religiones indígenas la representaban como una entidad femenina. Así, en medio del sincretismo, nació el culto a la Santa Muerte.
En el barrio bravo de Tepito, el culto ha tomado gran fuerza, ya que a manera de protección, se ha instaurado la presencia de esta imagen en cada rincón del barrio. Es muy común distinguir a sus adeptos por los escapualrios que portan y, muchos deciden llevarla en su piel por medio de tatuajes.
En la calle de alfarería, número 12, se encuentra uno de los altares más visitados de esta figura. “La niña blanca”, como le dicen, es visitada por toda clase de gente que llega agradecida por los favores que le han cumplido.
El culto a La Santa Muerte, le ofrece un lugar a todos aquellos que son rechazados por la Iglesia Católica. Homosexuales, alcohólicos, drogadictos y criminales. Esta es una de las razones por la que ha adquirido tanta fuerza. Sus seguidores, consideran que “es una mensajera que lo mismo que se lleva a un hombre pobre que a un rico; a un niño que a un anciano”.
Los simbolismos
Además del misterio oculto tras este culto, la misma imagen contiene figuras simbólicas, que dicen más de lo que parece. Empecemos:
. La túnica con que es vestida, es un signo que representa la forma en que ocultamos nuestra escencia tras otra distinta.
.La Guadaña. Este instrumento de labranza representa la justicia implacable. La naturaleza misma que un día nos da, y otro nos quita.
. El mundo. Simboliza que la Santa Muerte está en todos lados, nadie se le puede esconder.
. La balanza. Es una clara alusión a la justicia y la equidad.
Dependiendo de la petición, se elige el color que se debe de escoger para colocar en el altar: Blanco, para salud; negro, para fuerza y poder; morado, para abrir caminos; café, para invocar espíritus; verde, para mantener unidos a los seres queridos; rojo, para el amor y la amarillo, para la buena suerte
En fin, existen inumerables mitos y leyendas sobre esta entidad. Se le relaciona íntimamente con el crimen organizado, el comercio informal y los barrios bravos. Sus devotos son, generalmente personas marginadas, que tienen algo que ocultar. Pero si algo es totalmente cierto, es que este es un culto que día a día toma más fuerza y crece a un ritmo bastante acelerado. En México, cuenta con más de dos millones de creyentes, y su culto se ha extendido a los Estados Unidos debido a la migración.
La muerte está en todos lados, todo el tiempo, está esperando que llegue el momento para tomarnos en sus brazos y arrancarnos la vida.