Escucha a La Llorona en Xochimilco y ayuda a damnificados del 19S
El dinero recaudado con La Llorona en Xochimilco se destinará a la reconstrucción de San Gregorio, una de las zonas más afectadas por el sismo del 19S
Por: Redacción xl
¿Te imaginas ir de noche en una trajinera y de pronto escuchar a La llorona en Xochimilco y no verla? Aunque pareciera un cuento de terror narrado por tus amigos o sacado de una película mexicana, ahora es posible.
El 31 de octubre varias trajineras partirán del embarcadero Belem de las Flores para dar un recorrido a la luz de las velas por el gran canal de Xochimilco y, mientras disfrutas de un rico pan de muerto, te contarán algunas leyendas sobre nahuales y sí, también la de La Llorona.
¿Por qué, además de interesante y divertido, es importante que asistas? Porque el evento tradicional que organiza la Delegación Xochimilco también ayudará, a través de los fondos que se recauden, a la reconstrucción de San Gregorio, una de las zonas más afectadas por el sismo del 19 de septiembre y que dejó a varias familias sin hogar.
Durante el recorrido podrás disfrutar de un rico atole y varias sorpresas, pero eso no es todo, al llegar a tierra de nuevo, te espera otro paseo entre las ofrendas instaladas en la Plazuela de Xochimilco.
De acuerdo con información de El Unviersal, las primeras personas en reservar el paseo de La Llorona en Xochimilco podrán visitar la escalofriante y emblemática Isla de las muñecas. Así que no lo pienses más y planea bien tu paseo.
No olvides llevar un suéter, zapatos cómodos, dinero en efectivo y a tu persona favorita. El costo por persona es de $250.
Tras La Llorona en Xochimilco, la isla de las muñecas
Para que te aclimates y animes a disfrutar del paseo, te contamos que la leyenda de este lugar cuenta que una chica se ahogó enredada entre los lirios y su cuerpo fue encontrado a las orillas de las chinampas de Don Julián.
Desde entonces, el espíritu de la infortunada había quedado en el lugar y eso lo atemorizaba; para ahuyentarla, Julián Santana comenzó a colocar en su chinampa muñecas que recogía en la basura y en los canales de Cuemanco; él decía que estaba ahí para ahuyentar a los malos espíritus y obtener mejores cosechas.