A los chilangos nos valió la elección de la Asamblea Constituyente. Menos de tres de cada 10 fueron a las urnas a votar, lo que convirtió a esta elección como la reina del abstencionismo capitalino.
La lluvia no fue, porque cayó hasta en la tarde-noche; tampoco el alcohol, hubo ley seca —la sufrimos—. Simplemente los chilangos no incluimos en nuestro plan del domingo el ir a votar. Más de uno ni se acordó. ¿O no?
Lo grave es que en este númerito en el que participaron 540 candidatos y 51 mil ciudadanos que estuvieron en las casillas —pobres, se mega aburrieron—, el Instituto Nacional Electoral (INE) dijo que gastamos más de 90 millones de pesos.
A cada partido, excepto Morena que no los aceptó, el INE le dio 10 millones 149 mil 877.14 pesos a cada uno de los partidos, a 11 candidatos independientes les dio a cada quien 14 millones 983 mil 15.14 pesos y a los otros 10 les dio 4,833,274.80.
Datos del PREP con 99.97% de las actas capturadas —desde hace ratote que ya no avanza— muestran que sólo votaron dos millones 88 mil 239 de los siete millones 529 mil 950 chilangos que podían votar; es decir, el 28.36 por ciento.
Desde que la hoy Ciudad de México dejó de ser el Departamento del Distrito Federal (1997) no habíamos tenido una elección con participación tan baja. Ese año, cuando ganó Cuauhtémoc Cárdenas, el abstencionismo fue de 19.9%.
En las elecciones de 2009 habíamos registrado la participación más baja con 58.42%.
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