Antes del 19 de septiembre, dos grietas al costado de plazas comerciales en construcción dieron indicios de daños en el suelo de Tlalpan. Hoy, en las zonas cercanas hay más de 10 inmuebles con daños parciales y estructurales. Esta investigación fue hecha en conjunto con ViceNewsMéxico.
Ochenta metros de largo, casi tres metros de profundidad y un metro de ancho. Los vecinos de Villa Coapa amanecieron ese miércoles con la noticia de que el suelo de la Calzada Tenorios esquina con Calzada del Hueso, justo detrás de Galerías Coapa, estaba partido en dos. A través del pavimento levantado, una enorme grieta corría en línea recta alrededor de un predio donde se construía una plaza comercial.
Ocurrió justo en la frontera de las delegaciones Tlalpan y Coyoacán, el 9 de noviembre del 2016, un año antes de que el sismo derribara varios edificios a la redonda. Los vecinos comenzaron a preguntarse si los proyectos inmobiliarios y las plazas comerciales, que desde hace diez años se multiplicaron en la zona, tenían algo que ver con el pavimento partido. No era para menos: de acuerdo con una solicitud de Transparencia entre el 2006 y 2016 se han construido nueve plazas comerciales en Tlalpan y nueve más en Coyoacán. Tan sólo en los últimos cinco años se construyeron en Coapa Pabellón Cuemanco, Patio Tlalpan (clausurado en el 80% de su construcción), además de Plaza Cafetales (aún en construcción). Éstas se suman a Galerías Coapa, Paseo Acoxpa, Coaplaza, Plaza Vaqueritos, Bazar Periocapa, Paseo Acoxpa y Plaza Fiesta Coapa, por mencionar sólo las más grandes.
La grieta de ochenta metros nació justo frente a lo que sería Plaza Tenorios —que en ese momento estaba en proceso de construcción—, un centro comercial que constaría de tres niveles a doble altura y un sótano con 194 cajones de estacionamiento, levantado sobre un terreno de cuatro mil 200 metros cuadrados, cuya superficie rentable sería de siete mil 500 metros. Así consta en la ficha técnica del proyecto, colocada en la página web de ZKC, la constructora encargada de la obra.
En una entrevista con El Universal, el actual director de Protección Civil de la delegación Tlalpan, César Hernández, aseguró que la grieta había dañado cuatro postes de luz, tres de teléfono, ocho árboles, dos letreros de vialidad y un semáforo. También añadió que la avenida presentó, además del hundimiento, agrietamientos en otras zonas cercanas y que el percance se debió a «la humedad y al mal procedimiento constructivo». Hernández aseguró también que Banca Mifel, empresa inversionista de la obra, se haría responsable de los daños.
Pero el problema era mucho más grande. Dos semanas y media antes del sismo, el 30 de agosto del 2017, un kilómetro y medio al sureste de Plaza Tenorios, sobre la avenida Acoxpa, se abrió otra grieta de 60 metros de largo. Un centro comercial —Gran Terraza Coapa— se construía a poca distancia.
Otra grieta se abre tres veces
Ha pasado más de un mes desde el sismo del 19 de septiembre. Sobre la avenida Canal de Miramontes se levantan seis edificios de entre 20 y 30 departamentos, cada uno de los cuales albergaba familias de hasta cinco personas. Todos han sido evacuados debido al riesgo de colapso. Además, un gimnasio se derrumbó dentro de un centro comercial —Plaza Sekiguchi— donde se presentaron daños estructurales.
«Adiós Lore, Joaquín, Emanuel, Jaime, Yola, Ana…» se lee en una improvisada pared de madera sobre la calle Rancho de los Arcos. Hay cruces, ramos de flores, fotografías de niños y adultos, algunas velas esparcidas sobre la banqueta. El predio está vacío, pero antes del temblor aquí había un edificio de seis pisos habitado por varias familias.
Para algunos vecinos, el suelo avisó desde hace ya casi un año que algo andaba mal. «Ha habido varios hoyos –cuenta Juan Octavio Morales, quien vive en la esquina de Tenorios y Calzada del Hueso desde hace tres años—. Este año abrieron una línea para poner el tubo de un drenaje, pero se les olvidó cerrarlo y hasta las quinientas vinieron. Llovía y se abría de nuevo. La gente le echaba tierra para emparejarlo hasta que por fin quedó cubierto. También hubo un socavón en Tenorios, yo creo que por la construcción ésta. Aquel sí fue hundimiento, hasta cerraron la calle».
Después de que aparecieran estas grietas y socavones alrededor de la Plaza Tenorios, los problemas se repitieron en la calle Acoxpa, ubicada a unos 22 minutos caminando. El 30 de agosto de este año, una grieta de 60 metros de largo causó daños en la banqueta. Según Excélsior, 20 trabajadores de la empresa Cimentaciones Mexicanas utilizaron tres camiones para cubrirla con concreto. Frente de la grieta, la empresa Gigante Grupo Inmobiliario llevaba meses trabajando en lo que sería otro enorme centro comercial: Gran Terraza Coapa. El Instituto de Verificación Administrativa (Invea) y la Delegación Tlalpan suspendieron la obra y Protección Civil comenzó un dictamen para determinar la responsabilidad de la constructora.
Fue hace seis años, en el 2011, cuando Juan Camarillo Amaro —representante legal de la empresa Controinmuebles SA de CV, propietaria del predio de la calle de Acoxpa— solicitó la modificación del Programa Delegacional de Desarrollo Urbano ante la SEDUVI. Entre otras cosas, pedía que se permitiera «en una superficie de terreno de 63,706 metros cuadrados, el uso de un centro comercial, oficinas, hotel y vivienda en 10 niveles, con una superficie de construcción de 216,390 metros cuadrados sobre el nivel de la banqueta y 125,620 metros cuadrados de construcción bajo el nivel de banqueta donde habría 4,218 cajones de estacionamiento».
El mismo jefe de Gobierno de la Ciudad, Miguel Ángel Mancera firmó una iniciativa para que la Asamblea Legislativa modificara el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano respecto a ese predio, pero la Asamblea desechó la iniciativa en el 2013. Pese a todo, en el 2016, el proyecto Gran Terraza Coapa se reanudó. Los vecinos han hecho solicitudes de información desde el 2016, tanto a la delegación Tlalpan como a la Seduvi, pidiendo copias de los permisos de de demolición y construcción en el predio. «No se localizó antecedente de la información solicitada», respondió la Seduvi en diciembre del 2016 y sugirió pedir la información a la delegación Tlalpan. Unos meses antes, la respuesta de Laura Nohémi Muñoz Benítez, directora de desarrollo urbano de Tlalpan fue: “[…] dentro de lo que compete a esta Dirección a mi cargo, no se tiene atribución y/o función el realizar estudios, dictámenes y aprobaciones de Mecánicas de Suelo, de conformidad a lo establecido por el Manual Administrativo de la Delegación Tlalpan (junio-2015)”. Muñoz Benítez explicó que esa función era ejercida por los directores responsables de obra y en conjunto con las personas autorizadas por la SEDUVI.
Bajo el lema #NiUnaPlazaMás, que se manifestó tanto en redes sociales como en varios puntos de Coapa, los vecinos protestaron apenas se enteraron que el proyecto Gran Terraza había regresado. El 30 de marzo de ese año en una reunión con la Unión Vecinal Coapense, Claudia Sheinbaum, la delegada de Tlalpan, prometió no iniciar las obras sin antes consultar a los vecinos. Pese al descontento, meses después las obras iniciaron a cargo de Gigante Grupo Inmobiliario.
En la página web del proyecto, la inmobiliaria se presenta como una empresa 100 por ciento mexicana con más de 50 años de experiencia en desarrollos comerciales, impecable trayectoria y prestigio empresarial. Entre sus proyectos más destacados está el corporativo Miyana, aún en construcción, el cual constará de dos torres en pleno Polanco, de 24 y 26 pisos de altura, o el proyecto Gran Terraza Lomas Verdes, terminado en 2010, un centro comercial en el municipio de Naucalpan que recibe, más o menos, 580 mil visitantes por mes. Gigante Grupo Inmobiliario es, además, una de las empresas que integran la Asociación de Desarrolladores inmobiliarios, a las que el gobierno de la ciudad les ha encomendado la tarea de reparar los miles de edificios que sufrieron daños estructurales después del sismo.
«Nos ocupamos de resolver construcciones que agregan valor a diferentes zonas, en estricto apego al respeto del entorno ecológico y la comunidad», se puede leer en la página web de Gigante Grupo Inmobiliario. No obstante, en marzo del 2017, se registró una balacera a plena luz del día en las inmediaciones de la construcción. La balacera –que quedó registrada en un video de Youtube– dejó un saldo de dos heridos y 10 personas detenidas. La versión de la policía preventiva es que la agresión derivó de un pleito entre dos grupos de trabajadores de la construcción que se disputaban el control de la obra. Además, según la resolución administrativa emitida por la SEDEMA el 17 de julio del 2012, a Gigante Grupo Inmobiliario se le autorizó la tala de 216 árboles para la construcción de la plaza.
Dos semanas antes del sismo, el 30 de agosto del 2017, una grieta de 60 metros partió el pavimento frente a la plaza. Y aunque las autoridades clausuraron la obra, los grupos vecinales han acusado que los trabajos han seguido. Quizás por eso, pese a que los trabajadores rellenaron la grieta con tierra y cemento, el 12 de septiembre la grieta volvió a abrirse, acompañada de una fuga de agua. Esta vez, de acuerdo al periódico Reforma, medía entre 15 y 30 metros de largo. Algunos vecinos registraron, además, otras grietas cada vez más cerca de sus casas. La grieta volvió a rellenarse.
Actualmente, Comunicación Social de la Delegación Tlalpan niega que las autoridades cuenten con un dictamen que explique las causas de las grietas; por eso no debería extrañar a nadie que el problema haya continuado: apenas un día antes del sismo del 19 de septiembre, la tierra volvió a abrirse exactamente en el mismo punto.
Buscando explicaciones
En la esquina de Miramontes y Calzada del Hueso, en la misma Delegación Tlalpan, está Galerías Coapa. El centro comercial ha sido cerrado por completo a raíz del terremoto, debido a los riesgos que implica. A kilómetro y medio de distancia, se ubica el Colegio Enrique Rébsamen, donde murieron 19 niños y siete adultos, justo a 700 metros del predio donde se construía Gran Terraza Coapa. A esto hay que sumar todos los edificios que quedaron en estado inhabitable.
¿Por qué hubo tantos derrumbes en la zona? Comunicación Social de Tlalpan aseguran que brindar explicaciones no es prioritario. Por su parte, los vecinos sospechan que las grietas que se abrieron meses antes del sismo eran ya una alerta sobre el estado del suelo.
Las autoridades delegacionales alegan falta de tiempo para dar una respuesta, debido a la contingencia del sismo y los edificios dañados. Sin embargo, construir un desarrollo de esta magnitud implica contar con estudios de impacto ambiental y de suelo. Estos no son otorgados por la delegación sino por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y por la Secretaría de Medio Ambiente.
«A nosotros sólo nos ingresan documentación de manifestaciones de obra: un checklist para saber si se cumplió o no con los documentos o requisitos que establecen —se deslinda Iván Escalante, director de Comunicación Social de la delegación Tlalpan—. Lo único que hacemos nosotros es sentar a los vecinos con los desarrolladores y hasta que no haya consenso, la obra no se realiza».
Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que es posible una relación entre las grietas, la sobreexplotación del acuífero y el peso de los desarrollos inmobiliarios con los daños causados por el sismo:
«Si tú haces una excavación tan grande para que un edificio no se caiga, lo que estás haciendo es también modificar la presión hídrica. Es como enterrar un popote en el centro de un raspado, si haces sólo un hoyo en el centro no pasa mucho, pero cuando tienes muchos popotes, la estructura se va haciendo pedazos. Estas grietas salen por dos razones. Una son las fallas, sí, pero también la desecación del acuífero. El agua ocupa un volumen, cuando se seca se contraen las arcillas. Las grietas aparecen porque pones algo encima y no permites que el suelo se hinche en época de lluvias. Generas constantemente una contracción del suelo que tarde o temprano provoca grietas».
De acuerdo a Zambrano, el tema de las grietas gigantes no es nuevo: «El tema de sobre-explotación del acuífero se viene arrastrando desde hace quince o veinte años. La Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA) al momento de expedir permisos para mega construcciones no toma en cuenta el manto acuífero. Eso es evidente (…) y esto dejó vulnerables a las edificaciones aledañas», afirma el investigador.
Por su parte Alinne Solano, especialista en sismología y maestra en ciencias por la UNAM, explica que muchas de las obras se realizan sin un estudio que indique qué hay debajo de la parte que se está cavando. «A veces las obras de excavación no producen las fallas en el suelo, pero evidencian los daños que ya se existían con anterioridad». En el caso de Gran Terraza Coapa —aunque se impusieron medidas de mitigación a la constructora— ni en el Dictamen de Impacto Urbano ni en el Dictamen de Impacto Ambiental se menciona el subsuelo del predio.
—¿Las grietas que se abrieron al lado de la construcción de centros comerciales pudieron haber amplificado los daños por el sismo?
—En el caso del sismo del 19S —responde Soriano—, las zonas más afectadas fueron la de transición entre suelos de alta resistencia y suelos blandos con altos contenidos de agua, además de donde antiguamente se encontraba un lago. El problema es no investigar antes el lugar donde se está haciendo la construcción. Es difícil precisar incluso si las grietas que se abrieron son producto de esas excavaciones o eran accidentes que se tenían desde antes pero que nadie había tomado en cuenta.
En medio de la falta de respuestas, Iván Escalante repite sin parar: «Quiero que quede muy claro que la obra [Gran Terraza Coapa] no se va a reanudar [por tiempo indefinido]. No somos insensibles.
Epílogo
La grieta de Tenorios fue tapada hace meses, pero el contraste entre el nuevo y el viejo pavimento aún es visible. Incluso algunas partes de la banqueta continúan levantadas. Por el contrario, en Acoxpa, la grieta aún se muestra peligrosa para los que caminan cerca, por ello las autoridades han colocado señalamientos de precaución para evitar un accidente de aquellos que la transitan a pie o en auto.