La fábrica de Bolívar y Chimalpopoca llevaba 13 años en riesgo
En respuesta a una solicitud de transparencia, el Cenapred reveló que la fábrica en la Obrera ya estaba en riesgo desde hace 13 años.
Por: Colaborador
El edificio caído en Bolívar 168 esquina con Chimalpopoca ya estaba en riesgo desde hace 13 años, según una respuesta del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) a una solicitud de transparencia hecha por Chilango, sobre la situación de esa fábrica en la Obrera.
En 2004, la Procuraduría Agraria rentaba el tercer piso del inmueble y pidió al Cenapred hacer una evaluación de las condiciones de seguridad del edificio. Desde entonces presentaba daños en muros y fallas en el diseño, los cuales ponían en peligro a sus ocupantes.
El Informe Sobre las Condiciones de Seguridad Estructural de la Edificación Donde Se Encuentra La Delegación En El Distrito Federal De La Procuraduría Agraria, Ubicada en Bolívar 168, Colonia Obrera, México, D.F. fue realizado por la Subdirección de Estructuras y Geotecnia.
En él puede leerse que «los elementos estructurales, columnas y losas no presentan indicios de daño producto de la presencia de las cargas vivas, o de la conjunción de éstas con cargas producto de sismo. Mención aparte requieren los muros de mampostería confinada de la colindancia sur y las trabes, principalmente de los marcos en la dirección corta de la estructura (dirección N-S), algunos de los cuales presentan agrietamiento por efecto del fenómeno de tensión diagonal (grietas inclinadas)».
Ése es sólo uno de los muchos elementos que el Cenapred señaló como riesgosos para esa fábrica en la Obrera. Más de una década después, 21 personas murieron bajo el peso del edificio.
Otros daños de la fábrica en la Obrera
Las grietas diagonales en los muros de mampostería, de acuerdo con Óscar López Bátiz, responsable de la evaluación, indicaban que los ejes de los muros eran rígidos y capaces de resistir la estructura. Sin embargo, el Cenapred consideró que existían otros elementos que evidenciaban el mal diseño del inmueble y que, ante un evento sísmico, podían poner en riesgo a los trabajadores.
«Por otro lado, de las trabes que se pudieron inspeccionar en el cuarto entrepiso, entre el 30 % y el 40 % de ellas presenta agrietamiento por tensión diagonal en la vecindad de la unión viga-columna. En la mayoría de los casos ,el ancho de las grietas es del orden de 0.2 mm, valor que no se considera representativo de reducción en la resistencia del elemento ante cortante, pero la presencia de este tipo de grietas -aunado a la ausencia de grietas por flexión (verticales, perpendiculares al eje longitudinal del elemento, y generalmente localizadas en la sección de unión trabe-columna)- es un indicador de una probable deficiencia en el diseño y dimensión de estos elementos».
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De acuerdo con el Reglamento de Construcciones local, el edificio se localizaba en una zona III o de terreno blando, donde las ondas sísmicas se amplifican, por lo que el temblor dura más. Debido a ello, todas las construcciones ubicadas aquí tendrían que ser extremadamente estrictas en sus medidas de seguridad y mantenimiento.
Recomendaciones no atendidas
El Cenapred concluye su informe con una serie de recomendaciones que, según Óscar López Bátiz, seguramente no fueron atendidas. Esta fue la razón de que la Procuraduría Agraria cambiara de sede.
«La estructura guarda un nivel de daño ligero ante las demandas generadas por la incidencia de la mayoría de los eventos naturales que han afectado a la Ciudad de México. En general se aprecia insuficiencia en los alcances de los programas de mantenimiento de la edificación. Las trabes presentan indicios de diseño inadecuado, por la presencia de agrietamiento por tensión diagonal previo a la aparición del agrietamiento por flexión, lo cual podría redundar en un comportamiento frágil de los elementos».
El informe de Cenapred agrega que los valores del coeficiente de resistencia ante cargas laterales calculados para el primer entrepiso resultan menores que el valor propuesto como ordenada espectral de diseño respecto al peso total de la estructura.
A las fallas de diseño y los daños que ya presentaba el edificio de la fábrica en la Obrera hay que añadir el peso de tres antenas repetidoras instaladas años después del informe. Esto añadió 42 toneladas extra sobre un edificio de por sí frágil, sin mencionar el peso de los trabajadores y de los rollos de telas de las empresas textiles que ocuparon el inmueble.
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Al finalizar su informe, Cenapred recomendaba a la Procuraduría Agraria «solicitar al dueño del inmueble el reporte de una evaluación del nivel de seguridad estructural, desarrollado por un Director Responsable de Obra o un Corresponsable en Seguridad, debidamente autorizados para el (ahora extinto) Distrito Federal».
Si la Procuraduría Agraria cambió de sede, concluye Óscar López Bátiz, fue porque el dueño del inmueble no entregó este reporte.