5 esculturas que también son símbolos en nuestra ciudad
Nuestra ciudad tiene esculturas que, a pesar de ser muy importantes, parece que los habitantes y visitantes ignoran su historia o significado.
Por: Carlos Tomasini
Todas las ciudades importantes del mundo tienen esculturas famosas decorando sus calles, y los chilangos cuentan con grandes ejemplos, como el Ángel o la Diana. Sin embargo, hay otras obras plásticas públicas que, a pesar de ser muy importantes, parece que los habitantes y visitantes ignoran su historia o significado.
Aquí presentamos cinco esculturas que se han convertido en símbolo de la Ciudad de México, pero que, quizá, los chilangos todavía no lo saben.
1 .- “Sol Rojo”, Alexander Calder
Paralelamente a los Juegos Olímpicos que se celebraron en la Ciudad de México en 1968, el artista mexicano Mathias Goeritz propuso la instalación a lo largo del Periférico de 19 esculturas de gran formato que fueron donadas por artistas de diferentes países y que, juntas, conformaron la llamada “Ruta de la Amistad”.
Pero también se colocaron otras en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, el Palacio de los Deportes y una más en el Estadio Azteca, la cual se convirtió en el símbolo de este inmueble durante muchos años y es, irónicamente, una de las esculturas más ignoradas por los chilangos.
Se trata de “Sol Rojo”, creada por Alexander Calder, quien murió en 1976 y fue uno de los artistas contemporáneos más importantes del mundo. De hecho, esta imponente escultura de acero de 25.8 metros de altura fue la más grande de su obra.
Aunque casi siempre está rodeada de vendedores ambulantes, revendedores, basura o granaderos, vale la pena admirar esta escultura que es un símbolo de la Ciudad de México a nivel mundial.
2 .- “Tú y Yo”, Mathias Goeritz
Todo aquel que llega a Ciudad Universitaria del lado del Metro Universidad seguramente ha visto esta gran escultura que, desafortunadamente, en los últimos días ha sido muy mencionada, no por su valor artístico, sino porque es uno de los puntos en los que se ha denunciado la venta de droga al interior del campus principal de la Máxima Casa de Estudios.
Popularmente conocida por los universitarios como “Los Bigotes”, se trata de la obra “Tú y Yo” (representa a un hombre y una mujer), del artista Mathias Goeritz, quien nació en Polonia, pero fue uno de los más importantes “decoradores” de la Ciudad de México hasta que murió en ella en 1990.
Originalmente, se localizaba en la colonia Del Valle, como parte de la decoración de una agencia de autos Renault llamada Autos Francia, que en la década de los 60 estuvo la esquina de Parroquia y Oso. A finales de los 80, se construyó en ese lugar el centro comercial Galerías Insurgentes y la escultura, de concreto y acero, fue rescatada por la Universidad Nacional Autónoma de México y trasladada a Ciudad Universitaria.
3 .- “El Caballito”, Sebastián
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Durante varios años del siglo 20, la glorieta localizada en el cruce de Paseo de la Reforma con Bucareli y Avenida Juárez fue decorada por la escultura “El Caballito”, de Manuel Tolsá, y que hoy está recién remodelada en su sitio permanente, frente al Museo Nacional de Arte.
Pero a inicios de los 90, en esa glorieta se construyo un gran edificio que llevaría el nombre de “Torre Caballito”, por lo que se convocó a uno de los artistas consentidos de esos años, el chihuahuense Sebastián (por cierto, pocos saben que en realidad se llama Enrique Carbajal), para enfrentar dos retos: el primero, era decorar esa zona con una gran escultura, mientras que el segundo era que la nueva pieza debería servir también de chimenea, ya que se encontraría sobre una coladera del drenaje profundo de la cual salían muy malos olores. Sí, es una chimenea.
“El Caballito” se trata de una pieza de 28 metros hecha de fierro pintado de amarillo y que pesa 85 toneladas. Representa la cabeza de un caballo y fue inaugurada en enero de 1992.
En realidad, nunca fue bien recibida por la mayoría de los chilangos y hoy, aunque es un símbolo de la Ciudad de México, es más bien ignorada por gran parte de las millones de personas que pasan a diario frente a ella.
4 .- “Cocodrilo”, Leonora Carrington
Localizada frente a Reforma 222 desde 2006, la barca llamada “Cocodrilo” es una de las esculturas que en muy poco tiempo se se han convertido en un símbolo de la ciudad.
Es obra de Leonora Carrington, quien murió en 2011 y que fue una de las pintoras surrealistas más importantes del mundo. Aunque nació en Inglaterra, fue una orgullosa chilanga desde los años 40.
Esta barca-lagarto con seis cocodrilos a bordo y que fue donada por la misma Carrington, está hecha de bronce, mide 8 metros de largo y pesa 5 toneladas. Originalmente estaba en la segunda sección del bosque de Chapultepec, pero fue trasladada a este lugar (sobre el andador de Reforma, prácticamente en la esquina con Havre) en el marco del Foro Mundial del Agua que se realizó en la Ciudad de México.
5 .- “Alas de México”, Jorge Marín
Es probable que en este momento no haya una escultura más fotografiada en la Ciudad de México que “Alas de México”. Localizada en Paseo de la Reforma, en el cruce que va del Museo de Antropología a la entrada del bosque de Chapultepec, es obra del michoacano Jorge Marín, egresado de la Academia de San Carlos.
Inicialmente, formó parte de una exposición que se montó ahí para conmemorar el bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución, pero fue tan bien recibida por los chilangos que se quedó ahí de manera permanente y actualmente hay otras réplicas en países como Alemania, Canadá, Israel y Estados Unidos.
Marín la creó por casualidad, utilizando un par de alas que le habían sobrado de otro proyecto que no se armó y nunca pensó que se convertiría en un símbolo de la ciudad. Mide 4.5 metros de alto por más de 3 de ancho y está hecha de bronce. ¿Quién de ustedes se ha tomado una foto ahí?