Cuando Emma Watson terminó de filmar la última cinta de la saga de Harry Potter no sólo se deschongó. No. La jovencita que aún no llegaba a los 20 decidió tomar las tijeras y quitarse el sello que la convertía en Hermione Granger, su cabello.
De un año a la fecha se ha convertido en la más sofisticada, tanto que hasta Mario Testino, el fotógrafo siempre enamorado de Kate Moss, la ha tomado con la lente de su cámara. Y es que la actriz es ahora el rostro de Lancôme.
Y ahora Emma y su cortecito de cabello a la Twiggy andan de arriba para abajo en Saint Germain des Pres, París, filmando las escenas del anuncio.
Seguimos en espera del comercial, pero –por lo pronto– aquí pueden verla para darse un taquísimo de ojo.