Tras la Caída de México-Tenochtitlán, en 1521, Hernán Cortés mando a reconstruir la ciudad y, mientras quedaba, se fue a vivir a Coyoacán, en donde aprovechó para establecer ahí el primer Gobierno de Nueva España.
Así es, Coyoacán fue algo así como la primera capital de México, cuya sede principal se instaló en el lugar que hoy ocupa el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en el Jardín Hidalgo, famoso punto de reunión chilango.
De quema de pies a bodas civiles
Hay quienes aseguran que, en este mismo lugar, se llevó a cabo el famoso tormento a Cuauhtémoc, último emperador azteca, y a Tetlepanquetzaltzin, señor de Tlacopan, para que le “confesaran” a los españoles dónde se encontraba el supuesto tesoro de los tlatoanis mexicas. Sí, cuando “les quemaron los pies”. Es por eso que en su fachada hay una placa que rinde homenaje “al último rey azteca”.
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El edificio que hasta hoy se encuentra aquí no es de 1521, sino de 1756, y una placa que está en su fachada asegura que fue “Casa de Cortés”, pero históricamente fue imposible que viviera ahí.
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Lo que sí es muy probable, es que el conquistador viviera un tiempo en una hacienda que hoy se encuentra a unas cuadras de ahí, en la calle de Fernandez Leal, justo donde hoy se ubica un restaurante llamado Hacienda de Cortés.
El Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde hoy se realizan tramites como bodas y registros de bebés, además de albergar a una de las ya muy poco visitadas bibliotecas públicas de la Ciudad de México, ha servido como cárcel, casa de cabildos y otras labores administrativas.
Los bonitos detalles
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Este edificio, cuya fachada prácticamente no ha sufrido ningún cambio desde que fue inaugurado, tiene una especie de balcón donde hoy hay una campana, la cual es tocada cada 15 de septiembre por el delegado en turno durante la ceremonia del Grito de Independencia.
El resto del año es ocupado por novios besándose, chavos practicando con su patineta, artistas inspirándose, desempleados perdiendo el tiempo, estudiantes mandando en el celular y decenas de palomas ensuciando con sus desechos.
En la parte superior de la entrada principal, se encuentran los restos de una talla en piedra del escudo que el rey de España —quizá Carlos IV— concedió a Coyoacán. Ya no se puede apreciar, pero si quieres saber cómo era, puedes buscarlo en tu próxima visita al Zócalo, en el Centro Histórico, ya que se encuentra en las paredes de los portales de la sede del Gobierno de la Ciudad de México.
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En su interior tiene dos murales: “La Conquista y el Tormento a Cuauhtémoc”, de Diego Rosales, y “El Primer Encuentro”, de Aurora Reyes, además de escritorios, sillas, computadoras y papeles archivados.
¿Te habías fijado en los dos coyotes de piedra que tiene en la parte superior?
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Monumento histórico
Funciona como sede de la Delegación Coyoacán desde 1928 y es Monumento Histórico, declarado por la Dirección de Monumentos Coloniales del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Así que la próxima vez que vayas a Coyoacán, dedícale por lo menos una miradita a este histórico lugar… y ya después te vas por tu café al Jarocho que, por cierto, está en la misma cuadra.