No todo durante nuestras vacaciones es magia y diversión; hay muchos momentos llenos de tensión por los que, casi todos, tienen que pasar.
Pareciera que esperar en la antesala del infierno es un requisito antes de que los momentos inolvidables lleguen a nosotros.
Es como si la vida (por no llamarlo por su nombre: procesos burocráticos) se cobrara todas las sonrisas que queremos recibir.
Analicemos los momentos pesadilla de cualquier viaje; antes y después de?
1- Sacar una visa
El proceso de ?ser seleccionado? es muy estresante; nunca se sabe cuáles son los verdaderos requisitos para poder entrar a los países que exigen este proceso. Resulta muy costoso y requiere de días laborales para tramitarla. Nos preguntamos, ¿en qué momento prohibieron conocer el mundo a algunos pocos?, es una súper jalada.
2- Pasar por el escáner humano
¿Quién nos garantiza que en 20 años este aparato no será cancerígeno? Resulta aterrador entrar en una especie de máquina del tiempo, en la cual un guardia tiene derecho a vernos completamente desnudos y a detalle, sólo para comprobar que no somos como Bin Laden. ¿Dónde quedó el respeto a la privacidad?
3- Ser interrogado
Aunque vamos a ir a dejar nuestro dinero por allá y, nuestro afán es conocer de manera respetuosa sus tierras, tenemos que pasar por una larga fila de migración para que los guardias de seguridad nos hagan un interrogatorio muy intenso (aunque no seamos ningunos traficantes de droga). Nos hacen sentir como uno: ?¿a dónde va?, ¿por qué?, ¿cómo?, ¿con quién?, ¿cuánto dinero trae?, ¿a qué se dedica?, ¿soltero o casado?”
4- La posibilidad de que pierdan tu maleta
¿Hay algo más aterrador que eso durante un viaje?, perder la maleta de ida o de vuelta debe ser una pesadilla y de las peores. No sólo por el costo de semejante error, sino por la idea de perder todos tus recuerdos por un descuido de la aerolínea. Lo peor es que la suma asegurada es ridícula, ronda entre los 200 y 300 dólares, ¿qué se supone que compres con eso? Malditos.
5- Que esculquen tus cosas
Supongamos que somos sadomasoquistas o coleccionistas de juguetes sexuales y, siempre que viajamos, los llevamos con nosotros. Si así fuera, ¿qué tan vergonzoso resultaría que esculquen nuestras cosas en pleno aeropuerto?, resulta muy alto el costo que pagamos por nuestra seguridad, ¿no creen?
6- Miedo a que el dinero nunca sea suficiente
Por más que ahorremos, los tipos de cambio monetario se comen nuestros ahorros en un instante. Resulta que como mexicanos no tenemos la fortuna de ir a otro lugar y decir ?guau que regalo, todo está baratísimo? y es muy preocupante pensar que el dinero no nos alcance o nuestras tarjetas no sirvan por allá porque al banco se le ocurrió bloquearlas (si sales, recuerda avisarle al banco).
7- Deudas con el banco
Una tarjeta de crédito nos puede hacer el paro durante nuestras vacaciones, pero también representa un peligro para los gastalones empedernidos. Al regresar será muy triste pensar que además de ya no tener vacaciones, tienes que pagar millones durante meses para poder salir de esa deuda.
8- Pies destrozados
Conocer otro lugar implica largas caminatas y, si se te ocurre seleccionar los zapatos incorrectos, terminarás con pies del Nene Consentido (pie gordo de dinosaurio) desde el primer día. Evita esta pesadilla llevando tus tenis más cómodos y deja la moda a un lado.
9- Quitarte los zapatos
Resulta muy asqueroso quitarse los zapatos en pleno aeropuerto sin saber qué higiene tienen esos pisos. Además nunca planeamos este momento, por lo que podríamos traer un calcetín roto y nadie podría ahorrarnos ese oso.
10- Compañero de avión
El azar es quien elige a nuestro compañero de avión; como podría ser nuestro príncipe azul, también podría resultar una señora tipo Paquita la del Barrio que ronque desde el despegue hasta el aterrizaje. Lo más incómodo es cuando una persona apestosa está pegada a nosotros y entre los mareos del vuelo y su olor te dan ganas de vomitar todo el vuelo.
11- Saber que no tendrás más vacaciones en mucho tiempo
Asimilar la idea de que tus días felices terminaron es muy doloroso, ¿quién no quisiera vivir de vacaciones? La cantidad de días no laborables en México es ridícula a comparación de los europeos, que desde el primer año de trabajo tienen derecho a casi un mes.
12- Tener que tirar lo que se te olvidó documentar
Las prisas nos hacen olvidar muchas cosas, entre ellas que arriba del avión sólo podemos subir cierta cantidad de mililitros. Si se nos pasa esta regla, lo que sea que traigamos lo tendremos que tirar, así sea una crema costosa o un cosmético que amamos.
13- Comprar recuerditos para todos
Sabemos perfecto que este gasto es muy tonto y poco personalizado. Es raro el pariente que valora de verdad un regalito post viaje, a menos que traigamos cosas muy cool, pero si nos refugiamos en el típico llaverito, no hay manera de que lo conserven. Dinero tirado a la basura.
14- Regresar a la realidad
Suponemos que es equivalente a la depresión post parto si eres mujer o a descubrir que te estás volviendo impotente si eres hombre, es lo único que podemos decir al respecto (ji,ji).