Es un verdadero placer ver a la familia, sobre todo cuando ha pasado mucho tiempo sin verla. Las reuniones familiares tienen su encanto y es que tanta confianza tiene que transformarse en algo raro inevitablemente.
El amor por los nuestros es de las cosas más especiales que podemos tener, pero no nos podrán negar que dentro de esas reuniones familiares hay comentarios y preguntas que nos tienen hasta el copete; o por incómodos o por repetitivos. No necesitamos oír por décima vez que éramos el más chillón de todos.
En esta nota hicimos una selección de los momentos más incómodos de las comidas familiares. Echen ojo y comenten los que nos faltaron.
Sobre la pareja:
Ser soltero y no tener un pretendiente en puerta puede ser una pesadilla cuando se aproxima un encuentro con la familias. Las preguntas van desde si ya tienes pareja, hasta el por qué de tu soltería permanente. Inaceptable un “no tengo pareja porque no quiero”, eso no existe en su vocabulario.
Confusiones de carrera profesional:
A la que es diseñadora de modas, le dicen costurera y, a quienes estudian relaciones públicas, le dicen organizador de fiestas. Los términos sobre las nuevas carreras no es algo que les quede muy claro a los tíos. Así que no te extrañe si estudiaste comunicación y te proponen grabar la boda de tu prima “porque eres camarógrafo”.
Preguntas sobre boda:
No creas que porque ya tienes novio(a) las preguntas incómodas sobre la pareja van a cesar. Al contrario, una vez encontrada la media naranja, los cuestionamientos fuertes se aproximan. Si se te ocurrió arrejuntarte y no casarte no te la vas a acabar. Recuerda que ellos crecieron en otra época.
El momento más incómodo es cuando a tu novio le dicen: “y, ¿para cuándo la boda?” y ustedes no han ni hablado sobre eso.
Comentarios sobre el peso:
Si subiste un poco de peso en los últimos meses, no creas que pasará desapercibido. Algún comentario recibirás, ya sea de un primo o de una tía. Lo más molesto es que según ellos lo dicen de manera discreta y con buena intención: “Te veo muy repuestita, mijita”.
Recibir un comentario así después de comer como desaforado en la reunión familiar es muy traumático.
Opiniones sobre tu look:
Ser el “diferente” de la familia no es cosa fácil. Es imposible ir a un encuentro de estos sin recibir un comentario sobre el nuevo look “raro” que te acabas de hacer. Los tíos tienden a decirles “emos” a cualquier estilo que no entiendan. Obvio no te van a decir: “ah claro, eres un raver o hipster, ¿verdad mijito?”. A lo mucho escucharás un: “¡Ay, qué modas tan raras, mijito”
Preguntas sobre el ex
Echarle sal a la herida, sin querer, o preguntar sobre tu ex enfrente del nuevo novio(a) es algo que puede suceder. Las familias aman los comparativos: “el otro novio era como más educadito, ¿no?”, “me caía mejor tu ex, este se ve muy reventado”. “¿cómo?, ¿ya no andas con Lorena?”.
Investigación completa sobre tu economía:
Les preocupa que te vaya bien, así que durante la reunión no te extrañe si te preguntan cosas sobre tu economía. Si te va de pelos, no habrá ningún problema, es más te sentirás pavoreal paseándose por la sala, pero si tu situación está muy mal, será la peor reunión de tu vida: “¿qué coche traes, ahora, sobrinito?
Siempre quieren saber el apellido de todos:
Ya no es como en la antigüedad. El apellido de la gente ya no describe su árbol genealógico, ni nos dice nada sobre dónde proviene. Así que las preguntas sobre quién es la familia de quién, están completamente de más: “Ah, es López, entonces seguro tiene que ver algo con los de Muebles Troncoso, ¿no?”.
Hablar de dolores e idas al doctor:
La edad de los achaques empieza a llegar e inevitablemente hablarán sobre sus malestares e idas al doctor. El problema es cuando la conversación sólo gira en torno a eso. Extrañas lo cotorra que era tu familia cuando estaban más jovenes.
Recuerdos de pequeño que han dicho más de mil veces:
Ya sabemos que éramos los más molestos, raros, llorones o goridtos de la familia, no necesitamos que lo recuerden por milésima vez. A nadie le gustan esos comentarios, y mucho menos enfrente de la nueva pareja.
Cuestionamientos sobre tu alimentación:
Malo si comes mucho porque serás el glotón. Malo si comes poco porque serás la anoréxica de la familia. Los tíos y abuelos tienen una manera extraña de analizar nuestra alimentación: “pareces un palo mijita, come bien”.