Confesiones de una edecán feminista en la CDMX
Hablamos con una edecán que trabaja en México sobre el feminismo, su vida privada y su estilo de vida. Sin duda nos contó algunos datos interesantes
Por: Pável M. Gaona
Son bellas y carismáticas, pero no por ello menos inteligentes. Son mujeres que se ganan la vida con un trabajo que para algunos podría ser fácil, pero que en realidad requiere mucho de estómago, como la capacidad de soportar acosos continuos en un mundo donde el machismo sigue siendo una práctica constante.
Platicamos con Aline Piques, una edecán de 26 años, y nos contó acerca de las complicaciones de su oficio.
¿Cuánto tiempo tienes trabajando como edecán?
Llevo ya dos años en México, soy brasileña, y los mismos que he trabajado como edecán. Aunque yo de profesión soy bailarina y lo ejerzo desde hace 10 años, pero en México he sido más edecán porque es de lo que más hay trabajo.
¿A las edecanes se les pide alguna formación académica o que tengan alguna habilidad artística?
No, formación académica no. Por lo general para trabajar como edecán se pide “buena imagen” y eso es muy subjetivo, depende mucho de los clientes. Algunos quieren altas, otros muy delgadas, otros voluptuosas y hay algunos trabajos en los que sí se requiere que hables otros idiomas.
¿Es un oficio que discrimina por cuestión de imagen? ¿Se rechaza a chicas por no ser altas, por no tener “buena imagen” o no ser suficientemente voluptuosas?
No lo considero como discriminación, son perfiles que la marca exige, porque tú los estás representado. Por ejemplo, yo soy chaparrita, mido 1.60, y hay algunos trabajos de edecán que piden mínimo 1.70 o 1.75 y ahí no puedo aplicar, pero yo no lo veo como discriminación, hay trabajo para todas.
¿Existe una tendencia en cuanto al cuerpo más solicitado actualmente? Por ejemplo en los 90 el “boom” fueron las chicas muy delgadas…
Hoy la tendencia que más se pide es el cuerpo fitness. Las delgadas siguen siendo solicitadas, pero está creciendo mucho el mercado para las chicas con cuerpos con más músculos.
En el caso de las edecanes —como personas que viven de su imagen— ¿es costoso mantener esa imagen que les garantiza seguir teniendo trabajo?
Sí, es muy costoso. Tienes que cuidar todo el tiempo de tu cuerpo, de tu alimentación, de tu cabello, de tu piel, ¡hasta de tus uñas! Por eso es que algunas hacemos convenios de intercambios de servicios: en nuestras redes sociales o en nuestras páginas hacemos menciones de gimnasios, spas o salones de belleza y ellos nos ofrecen algunos servicios de forma gratuita.
¿Es un trabajo bien pagado?
Sí, sí lo es. En mi caso como bailarina tal vez no podría vivir de ello, pero como edecán sí hay bastante trabajo y es bien remunerado. Además es flexible: puedes trabajar los fines de semana y si no es tu trabajo principal, también puede ser una excelente opción como una segunda fuente de ingresos.
“Triste, que piensen que somos prostitutas”
En un trabajo en el que estás expuesta a miradas masculinas, ¿has vivido acoso por parte de hombres?
Sí, estamos inmersas en una cultura machista y aunque estamos batallando para que las cosas cambien, hay mucho de eso. Personas como nosotras que trabajamos con nuestra imagen y que tenemos que usar ropa llamativa, como vestidos o shorts, aunque no sean vulgares, llaman la atención y sufrimos acosos, miradas lascivas, palabras o hasta propuestas. Es muy triste que mucha gente todavía piense que las edecanes somos prostitutas. Nosotras necesitamos tener mucho estómago para ser educadas en nuestro trabajo y ser simpáticas, pero marcar claramente nuestros límites y dejar muy en claro que la edecanía y que el modelaje son trabajos que no tienen nada que ver con prostitución ni nada parecido.
¿Has sufrido agresiones por parte de mujeres por tu trabajo?
Por fortuna a mí no me han tocado agresiones. Lo más que me ha ocurrido es que a veces cuando están en pareja, el hombre se quiere tomar una foto conmigo y la mujer no lo deja. O el hombre me mira y se da cuenta su novia y ella lo regaña; son momentos incómodos, pero casos de agresión por parte de mujeres, nunca.
¿A ti te han tocado novios celosos o que no entiendan tu trabajo?
Sí, creo que por eso sigo soltera [ríe]. Lo digo un poco en broma, pero es verdad que los celos son una cuestión complicada para nosotras que trabajamos exponiendo nuestra imagen.
Una edecán feminista
¿Qué opina una mujer que trabaja con su cuerpo y su imagen de un tema como el feminismo?
Considero que la finalidad del feminismo siempre será buscar la libertad de las mujeres. Y es una libertad en general, desde la vida laboral hasta cuestiones como la forma de vestir o la imagen, sin ser discriminadas ni juzgadas. Sé que hay mujeres feministas que no están de acuerdo con trabajos como el mío, pero una mujer que se dice feminista y juzga a otra por su trabajo o su vestimenta, tiene que repensar muy bien sus conceptos.
¿Te consideras feminista?
¡Sí, soy feminista! Mientras haya mujeres discriminadas laboralmente, mientras haya desigualdad de salarios, mientras nos vuelvan culpables por un embarazo no deseado, mientras haya mujeres que sufran abuso sexual o acoso, el feminismo será necesario. Me parece increíble que haya hombres que se sientan con la libertad decirnos mientras trabajamos “estás bien buena, mamacita”. Ojalá llegue el día en que el feminismo ya no sea necesario y que haya equidad y respeto en todos los sentidos. Pero mientras eso pase, claro que soy feminista.
El tono de voz de Aline cambia cuando aborda temas que son importantes para ella. Aun en un idioma extranjero es sumamente elocuente, demostrando que si bien es una mujer bella, no es ahí donde reside su mayor valor.
Hay que tener mucho carácter, inteligencia y entereza para saber vivir de su imagen sin hacer de ella su principal atractivo, y ella juega sus cartas con asombrosa destreza.