Confesiones de un técnico que repara compus y celulares
Marco, técnico en computación, es experto en repararlas, pero en el proceso se ha encontrado con videos de asesinatos, fluidos corporales y drogas.
Por: Pável M. Gaona
Una de las peores pesadillas del mundo contemporáneo es que se te joda la compu o que en un descuido se te caiga el teléfono y ¡plop! de un momento para otro deje de funcionar. Ahí tienes de dos sopas: llorar por el equipo que se fregó (y perder toooda la información que tenga dentro) o acudir con un técnico en computación a ver si te puede hacer el milagrito de la resurrección tecnológica.
Uno de esos fregonazos es Marco Aguilera: tiene 36 años y es ingeniero en Telecomunicaciones por la Universidad Hebraica de Jerusalén. Actualmente junto con su esposa dirige Karmac, un centro de servicio certificado por Apple, donde diariamente recibe equipos portátiles, de escritorio y teléfonos para darles mantenimiento. ¿Qué pasa si encuentra porno en una máquina? ¿Qué es lo más raro que hay —físicamente y en cuanto a información— en los equipos a los que ha dado servicio?. Agárrate, porque nos contó algunas cosas sólo para estómagos fuertes.
¿Marco, principalmente a quién atiendes, cuál es tu nicho de mercado?
Atiendo sobre todo a artistas independientes. Y además de esos artistas independientes, también trabajo con algunos ya más “mainstream”, como gente de Televisa o TV Azteca. Ahora eso no significa que trabaje sólo con ellos: cualquier persona que venga es bienvenida y la atiendo con la misma dedicación.
¿De esos artistas ya más conocidones, ¿a quiénes les has trabajado?
Pues indirectamente trabajo con Mon Laferte gracias a mi buen amigo Manu Jalil. También gracias a él llegué a hacer algunos trabajos para Mario Domm y también con Chacho Gaytán. Ah, y también con algunos políticos, pero mejor me reservo sus nombres por cuestiones de privacidad.
Ya que hablamos de privacidad, ¿qué es lo más raro que has encontrado en la información que has procesado o respaldado al momento de dar servicio?
Yo siempre soy muy claro con mis clientes: en mi empresa proceso todo tipo de información, salvo trabajos o servicios que lleguen a vulnerar las garantías de los demás. En ese sentido tengo una historia muy triste: vino una señora de unos 60 años que junto con su hija me llevaron un teléfono con videos para pasarlos a un DVD. Naturalmente, es inevitable ver. Y dentro de los videos que iba a transferir, había videos de homicidios. Uno de ellos fue bastante conocido: una niña a la que matan haciendo uso de un tabicón. Al ver el video me percaté de que una de las personas que aparecían en el video era hija de la señora que me llevó el teléfono. Por supuesto no terminé de hacer ese trabajo. Como también trabajo para gente de la PGJ y la PRG que es muy honesta y transparente, les informé de lo que había encontrado. Gracias a esto estas personas fueron detenidas y resultó que era una organización criminal familiar a la que se le perseguía también por otros delitos. Puedo decir que gracias lo que hice pude ayudar a parar a esas personas de mala cabeza y mal corazón. También ha habido ocasiones en que me traen a respaldar pornografía y en ese momento yo me deslindo de eso porque no puedo comprometer mis valores como empresario ni como ser humano.
De porno, pelos y fluidos
¿Eso quiere decir que si, por ejemplo, yo te llevo mi teléfono o mi compu y tengo videos privados o caseros, no me respaldarías mi información? ¿Qué te lo impide éticamente?
Hay que aclarar bien ese punto: hay una delgada línea entre pornografía y contenido personal. La pornografía es cuando hay contenidos de terceros y que además persigue el lucro. Por ejemplo, si tú me dices que en tu computadora o en tu teléfono tienes videos tuyos o de tu pareja, eso se considera contenido personal y privado. Cuando es pornografía es cuando ya se persigue un beneficio económico con ello. Si me dicen “oye, duplícame este disco duro porque voy a extender este material para ‘x’ o ‘y’ lugar, ahí si ya no entro.
Por eso siempre les pregunto a mis clientes si es que tienen contenido personal, porque al hacer los backups casi siempre es inevitable ver. Si me dicen que sí y tienen material que es suyo o de su pareja, pues no tengo ningún problema. Y por supuesto me comprometo a no hacer copias indebidas o no solicitadas. Es cuestión de ética y esa forma de manejarme ha hecho que mis clientes me tengan una gran confianza.
Oye, hablando de la parte de hardware, ¿qué es lo más raro o desagradable que te has encontrado en una compu o teléfono?
Vamos a empezar como se separa la basura: orgánicos e inorgánicos. Empezamos por los inorgánicos. En los equipos encuentro botones, confeti, pedazos de papel. ¡Una vez me encontré un pedazo de peine! Pedazos de unicel, monedas, y grava, y eso en equipos que me juran que nunca han abierto o reparado.
Ahora vamos a los orgánicos que es la parte que puede ser más desagradable: pelos —y uno no es pendejo y sabe si son pelos de la cabeza o de otra parte—, comida, moronas de pan, leche, café, refresco. También con orines de perros y gatos, con caca de paloma, con caca de rata. ¡Me han traído computadoras con semen! Ese fue un piloto de Mexicana, cuando todavía existía, que tuvo sexo con una sobrecargo encima de su computadora. Y eso nada más en equipos portátiles.
¡Ah, también había un artista —de quien voy a omitir el nombre— que usaba su trackpad para meterse líneas de coca! Y ya lo que es casi normal es que también las usen para armarse ahí sus porros de mota y al momento de abrirlas pues te encuentras los residuos. Como atiendo a muchos artistas te puedo decir que un 80% de ellos usan sus portátiles para armarse sus porros, jaja.
Y en el caso de las máquinas de escritorio, ¿que has encontrado?
Me los han traído con comida y lo que más se encuentra son pelos de perro y gato. Creo que el caso más curioso fue el de una señora que me llevó una computadora porque juraba que su hijo se drogaba con marihuana. En efecto al prender la máquina empezó a despedir un olor como cuando se fuma marihuana. Al momento de desmontarla, resulta que no era marihuana, sino era que le había dejado una hoja de lechuga adentro. Esa se la dejaron en otro centro de servicio. Ya ni la chingan.
El caso del teléfono vibrador y el “embarrado”
¿En teléfonos qué has encontrado?
Una vez llegó un chavito de unos 16 o 17 con un celular que se había “mojado” a preguntarme que si todavía tenía reparación. Resulta que se lo había metido a su novia, y lo habían usado como vibrador. Otra vez un amigo que me trajo un teléfono también a reparar, después de un rato me di cuenta de que despedía un fuerte olor a caca. Al momento de verlo, ¡todavía tenía los pedazos de comida! Le llamé para preguntarle qué había pasado y terminó confesándome que se fue de farra, se cagó, se cayó y el teléfono se le embarró. Creo que es la historia más asquerosa.
También me han traído teléfonos con semen o sangre. Me han traído teléfonos que han estado involucrados en secuestros. Creo que el caso más feo fue de cuando recién había salido el iPhone 5, me lo trajeron con un balazo. Resulta que era de una persona a la que habían baleado y me lo trajeron todavía con materia encefálica. Fue un caso raro, siniestro y de horror, pero como ya te dije, he trabajado con la gente de la PGR y pues son cosas que pasan en esos lugares.
Hay otro caso de una chica que al darse cuenta de que unos tipos la estaban siguiendo, decidió meterse en la vagina su teléfono y se echó a correr en plena calle. ¿Cómo le hizo para lograrlo y encima correr con él? Es de esas cosas que no te explicas, pero la pobre chica toda apenada me trajo su teléfono para ver si le podía dar servicio después de esa fea experiencia para ella. Al parecer el teléfono tenía un gran valor para esa chava y bueno, es de esas experiencias que a uno no se le olvidan.
Después de todas estas historias de terror, mejor ya le paramos. Mejor cuéntanos dónde te podemos encontrar si necesitamos que rescates uno de nuestros equipos.
Estamos en la calle de Victoria número 103, en la colonia Industrial, Gustavo A. Madero. Estamos de lunes a viernes de 10 a 7, aunque a veces en horario de verano cerramos por ahí de las 8. Sábados sí es estrictamente de 10 de la mañana a 3 de la tarde.
¿Cuál de todas las historias de Marco te parece la más escabrosa? ¿Te imaginabas que así fuera su chamba?