Miniguía para transformar tu look
Por: Fernanda López Díaz
Define tu estilo
Este paso es básico por obvias razones: para dejar de verte como siempre, necesitas primero saber cómo quieres ser ahora. La forma más fácil es buscando en internet personas cuya forma de vestir te guste, y analizar cuáles son los elementos que te llaman la atención. El chiste aquí es ver qué es exactamente lo que hace único a un look, para que así vayas sacando los elementos básicos para lograrlo.
Puedes darte ideas en sitios como Lookbook(que se autodefine como un blog que sirve deinspiraciónpara aprender de moda, y lo mejor es que está ejemplificado con gente realde todo el mundo), The Sartorialist(un sitio fundado porel fotógrafo ScottSchuman quien ha buscado desde el principio un diálogo entre la moda yla vida cotidiana)y Street Peeper(otro sitio que se encarga de salir a la calle y fotografiar la forma de vestir y combinar de la gente en su día a día).
Piensa en tus necesidades
Para cambiar tu aspecto no sólo debes pensar en qué cosas son las que te gustan, también debes considerar si el estilo que quieres se adapta a tu estilo de vida. Por ejemplo, si en un día normal caminas mucho, no es inteligente que compres tacones kilométricos. O si trabajas en algo en lo que te puedas ensuciar fácilmente, sería muy tonto usar ropa de colores claros. Recuerda que cuando se trata de estilo muchas veces es mejor prevenir que lamentar. En lugares como Bon Ami te podrán ayudar a ver qué tipo de ropa se adapta más a ti.
Córtate el pelo
Es el paso de cajón para cualquier cambio de look. Como en el paso anterior, es muy importante que consideres tu estilo de vida al elegir un corte. Por ejemplo, si apenas tienes tiempo para arreglarte, opta por estilos sencillos, de fácil mantenimiento, porque aunque digas “esta vez sí me voy a arreglar”, sabemos que no va a pasar. También, pide a tu estilista que te ayude a decidir qué tipo de corte le queda mejor a tu cara. Un salón donde hacen esto muy bien es en Orange Beauté.
Ojalá pudiéramos decir que, mientras tengas clara la idea de lo que buscas –ya sabes, recortar la imagen dealguna revista que muestre el corte de pelo deseado, basándote en la forma de tu rostro, color de ojos y de piel, etcétera–,cualquier lugar es bueno, pero no. Para esto sí tienes que ser quisquilloso y no arriesgar calidad por precio.
Aprende a maquillarte
El gran error de muchas mujeres consiste en no saber maquillarse. Desconocen qué tipo de maquillaje deben usar, qué colores les quedan, y demás detalles básicos a la hora de arreglarse. Y hay que aceptarlo, muchas veces los consejos de mamá y las amigas sirven de lo mismo que nada. La mejor forma de arreglar esto es tomando un cursito. Un excelente lugar para esto es TRENDS, una escuela ubicada en Polanco, donde puedes tomar clases de automaquillaje, colorimetría, y aprender a sacarle provecho a tu cara.
Éntrale al ejercicio
Sí, siempre lo escuchamos, y sí, también lo odiamos, pero es necesario. El ejercicio nos hace sentir bien con nosotros mismos, aunque no hayamos adelgazado ni un gramo. Este ánimo se refleja en cómo nos sentimos, y por ende, en cómo nos vemos. No se trata de pasarse las horas en el gimnasio, qué aburrido; salir a caminar al parque media hora diaria, en cambio, no suena tan difícil, y se puede convertir en algo divertido si lo hacemos acompañados, o mientras escuchamos música. Y, obvio, cuando haces ejercicio le bajas a los vicios (cigarro) y le entras más al agua, que, como sabes, tiene muchos beneficios.
Comprométete
Cambiar tu estilo no se trata de “pelo nuevo, ropa nueva” y ya. Una vez que lo hiciste, debes mantenerlo. Si las fachas te llaman, recuerda que tu propósito es verte guapo, no pasar desapercibido. Cuando te veas tentado a salir fachoso, piensa que tal vez te encuentres a tu próximo jefe o al amor de tu vida, y qué pena que te vean en tus pants sucios y aguados. Elegir vestirte bien es cuestión de disciplina, pero es un hábito que definitivamente vale la pena. Te darás cuenta cuando salgas y arrebates suspiros.