Cuando tenía 19 años, el británico Edgar Wright editó – a partir de casetes VHS que grababa de la televisión – Wheels On Wheels (1993), una compilación de “caos vehicular” con escenas de acción de clásicos como Mad Max (1979), The Blues Brothers (1980) y Raising Arizona (1987). Para resaltar la adrenalina de esas secuencias, Wright usó de fondo la canción “Helter Skelter” de los Beatles, en un ejercicio que se puede pensar fácilmente como un antecedente de Baby Driver (2017).
Fue en esa época cuando Wright comenzó a gestar su “película de carros conducida por música”, dado que tenía una particular fijación con aquellos temas musicales que inmediatamente lo hacían imaginar una intensa persecución en automóvil. “Bellbottoms” de The Jon Spencer Blues Explosion fue la primera en ser parte de este curioso repertorio y es justo la canción que abre el ecléctico soundtrack de Baby Driver.
Esta compilación no queda a deber. Treinta canciones – el doble de las que conforman el Awesome Mix Vol. 2 de los Guardianes de la Galaxia – que van de los pioneros del punk rock The Damned, al soul de los Detroit Emeralds y Barry White, sin olvidar el rock clásico de Golden Earring y Queen, y una mezcla de hip hop del Young MC que samplea el temazo de Isaac Hayes para Shaft (1971). De igual forma destacan un buen número de piezas instrumentales con ritmos variados, y es que Wright es un buen camarada de Quentin Tarantino y del propio James Gunn, así que no es sorpresa que le sea natural mezclar lo popular (“Tequila”) con lo obscuro y más olvidado (“Egyptian Reggae”).
Como pasa con todo gran soundtrack, la música cobra un sentido mayor una vez que se ve el filme y seguramente el sonido de varios temas estará por siempre relacionado con las imágenes de Ansel Elgort y el resto del reparto (Lily James, Jamie Foxx, Jon Hamm y Eiza González, entre otros).
No es ninguna coincidencia, entonces, que la cuidada selección incluya “Debora” de T. Rex, “Debra” de Beck, “When Something Is Wrong With My Baby” de Sam and Dave, “B-A-B-Y” de Carla Thomas, y la más obvia: “Baby Driver” de Simon & Garfunkel. Baby Driver es una cinta de acción, crimen y carros, sí, pero también de amor y redención… siempre conducida por la música.
¿Qué esperas para escucharlo?