Después de 20 años de fotografiar a las sexoservidoras adultas mayores de la zona, Maya Goded decide incursionar en el cine. La gran confianza con estas mujeres ilumina la íntima relación que permitió lograr esta emotiva película. Carmen, Esther, Raquel y Lety, aquí retratadas, no se ven a sí mismas como víctimas. Su fortaleza radica en las habilidades que les han permitido sobrevivir al abandono, la violencia, la ignorancia y la pobreza. Hay documentales que observan, éste escucha: la cálida relación de Maya Goded con sus personajes les permite tener voz y esperanza en el futuro, cosas que les son negadas cotidianamente a estas mujeres.