Chilango

La Ciudad de México es un personaje en ‘Güeros’

Cuartoscuro

Esta semana se estrena Güeros, la película de Alonso Ruizpalacios, sobre dos hermanos y un amigo que buscan a un legendario músico que escuchaban de niños. Platicamos con Tenoch Huerta sobre la relación de la película con la capirucha.

En Güeros la Ciudad de México es un personaje, quizás protagónico, ¿qué descubres tú al hacer un road trip en sus cuatro puntos cardinales? ¿qué te sorprende aunque vivas en ella?

El contraste primero: los chilangos podemos acariciar un perro hoy y mañana lo matamos a patadas. También su generosidad, es literal aquello de que nadie se muere de hambre porque alguien siempre te va a ofrecer un taco. Con todas esas locaciones haces conciencia de que en cada microcosmos, en cada microclima se esconden historias: tú dices “yo vengo de la ciudad de México” y todos te van a preguntar ¿de qué parte? ¿de qué barrio? ¿a qué grupo social pertenecías y a qué escuela ibas?

Puede haber dos hermanos en la misma familia pero si uno fue en escuela particular y otra a la pública ya tienes dos personas muy distintas. Esa capacidad que tiene la Ciudad de México de ofrecerte tantas posibilidades.

Le critican a Güeros un punto de vista hipster, clasemediero…

Nunca he visto una película que no lo tenga. Tú no ves a un niño de la calle agarrando una cámara y filmando una película. Los que hacen cine tienen cierto un bagaje cultural y social. Alonso lee la película desde donde a él le tocó pararse en la vida.

Y sería un error que Alonso quisiera buscar la neutralidad o que lo quisiera contar desde el barrio y se rasgara las vestiduras porque no es cierto. Alonso adquiere universalidad precisamente porque es muy honesto. No es un argumento para calificar la película. Espero que la gente la critique pero también que la vean. Yo aspiro y creo que va a ser una película importante en la historia del cine mexicano.

¿Por qué es tan difícil retratar esta ciudad?

Cuando ves películas que ocurren en la Ciudad de México generalmente tienen dos temas: clasemedieros de flojera o jodidos apestosos y ya. Pero hay tantas posibilidades, tantas historias.

Es increíble ver cómo de una calle a otra cambia todo: yo me crié en el Estado de México, los suburbios. Mi calle era la jodida, la violenta, la agresiva, con toquines de sonidero, pero en la manzana de al lado todo era distinto. Esa capacidad que tiene México de generar tanta vida, tan diferente, tan única no se filma.