A pesar de que su apellido no es desconocido en el ámbito de la publicidad, tal vez sí lo era en el universo del cine. La realidad fue que, como Gary Alazraki mismo cuenta, prefirió salirse de su casa llena de comodidades y empezar de cero, que seguir siendo todo un mirrey vestido con camisas abiertas, suéter en hombros y pantalones de colores chillantes.
A propósito de que, el viernes pasado, la cinta Nosotros Los Nobles alcanzó $165 millones 316 mil 866 pesos en taquilla, con lo que rompió el récord que tenía El Crimen del Padre Amaro (2002), y se convirtió en la película mexicana más taquillera de la historia, entrevistamos a su director.
¿Cómo surgió la idea de crear Nosotros Los Nobles?
Cuando regresé a México después de trabajar como asistente de producción para oficinas y productoras gringas, agarré esta escuela de vivir de lo que tú generas. Cuando iba a irme de mi casa todos me decían: “¿para qué te sales?, aquí tienes todo”. Pero a mí eso no me cuadraba.
Conforme pasaron los años me enteré de que a algunos amigos que no se salieron de sus casas les dieron las llaves de la oficinas e inmediatamente se hicieron patrones. Eso también me hizo darme cuenta de que esa clase alta no tenía cierta sensibilidad. Un día vi a dos papás ya un poco borrachos, platicando y diciéndose el uno al otro: “la cagué, la cagué con mis hijos”. De todo eso salió.
Además de ir a los centros comerciales y preguntarme por qué todos se visten así, por qué todos usan camisas polo y de equipos de rugby, sintiéndose nice cuando es el equivalente a estar con el jersey de fútbol americano de los Cowboys. Por qué traen camisas rosas con jeans verdes. En cuanto a las mujeres, me robé todo de mi esposa y de sus primas, porque ellas eran mi referencia más cercana, obviamente todo llevado a una burla.
Del guión, ¿qué tanto es realidad y qué tanto es ficción?
Los arcos argumentales son míos. Tuve mi época en donde lo que me preocupaba era ligar y pertenecer al grupo de los niños cool. Y ¿cómo puedes ser cool?, pues yendo al antro y pidiendo la mejor mesa. Mi preocupación era hacer eso. Entraba en la definición de un mirrey.
Pero cuando estuve trabajando en Los Ángeles tuve una novia que era mesera y detestaba toda esta conducta burguesa, y tanto mi novia como mis patrones me la fueron quitando. Poco a poco fui adoptando un poquito más los valores de una meritocracia.
Cuando regresé a México a trabajar, me volví amigo de todas las personas que trabajan en la empresa, porque al final de cuentas ellos son los que hacen que salga la chamba.
Un poco también me volví hipstercondechi. Es increíble cómo te das cuenta de que ligas sólo porque fuiste a Coachella y porque ubicas a los Yeah Yeah Yeahs.
¿Qué tanto te ayudó tu apellido en la producción de este filme?
En México me estorbó mucho. A la hora de buscar trabajo me decían que NO, que mi papá tenía una agencia de publicidad… Me imagino que todas las críticas hacia mi apellido deben venir de algún prejuicio. Mi apellido no me ayudó a levantar inversión, ni a conseguir distribuidora, ni a meterle lana, ni a que los cines apoyaran la película, ni con la publicidad.
A lo que sí me ayudó fue a tener una escuela en que hubiera congruencia entre lo que vendes y lo que le entregas tu público. Yo trabajé el guión para la película, yo la filmé. Mi papá era un porrista.
Le puse Alazrakifilms para fortalecer el negocio, no para colgarme.
¿Esperabas tanto éxito?
No, no me imaginaba romper el récord del Crimen del Padre Amaro, aunque, también, ese récord en parte fue provocado por la iglesia. Además de que en ese tiempo Gael García y Ana Claudia Talancón eran los actores más “hot”.
¿Por qué filmar una comedia?
Porque no había comedias. Y a los mexicanos les gustan las comedias. Nuestro cine no está haciéndonos reír, porque todos los finales son tristes. Por ejemplo, Pastorela fue una película increíblemente chistosa. Su trailer era suficiente para meter a la gente al cine. A mí se me hizo un intento franco y bueno de hacer una muy buena comedia.
Creo que Nosotros Los Nobles está replanteando los paradigmas. Creo que este éxito va a hacer que muchos nuevos cineastas empiecen a tomar más en serio la idea de hacer un cine más blanco, donde no haya desnudos, ni balazos, ni secuestros, ni hay narcos, ni groserías. Y que sí hay, son las que embonan en el momento y lugar perfecto de la trama. Ya hay una tendencia de dejar ese cine oscuro.
¿Es difícil hacer cine en México?
No. Con el incentivo fiscal 226 se hacen 45 películas al año. La parte difícil puede ser que te abran las puertas. En mi caso, me tocó esperar año y medio en levantar ese fondo. Pero, aún así, si tratas de hacer cine en otro país es prácticamente imposible. La lista de espera es más larga y los incentivos no son tan generosos como en México, por eso hay directores mexicanos que viven en Estados Unidos y vienen acá a hacer cine.
¿Eres un mirrey?
En rehabilitación.
¿Cuál sería la moraleja de la historia?
No tiene una moraleja como tal. En todo caso, el mensaje principal sería que el trabajo dignifica.
Nosotros los Nobles se estrenó el 28 de marzo, hasta el lunes pasado había sido vista por 3.35 millones de espectadores. La protagonizan Gonzalo Vega, Luis Gerardo Méndez, Karla Souza y Juan Pablo Gil.