Cuando Darcy Bell escribió su novela de misterio, llena de traiciones y giros inesperados nunca imaginó que “Un pequeño favor”, sería protagonizada por Anna Kendrick y Blake Lively. La cinta estrenó en nuestro país y aquí va nuestra crítica sin spoilers (porque para pasar un buen rato funciona).
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Stephanie Ward es una madre viuda que además de tener un obsesivo control sobre su hogar, la vida y su pequeño, intenta ser una vlogera relevante. Su existencia da un vuelco inesperado cuando conoce a Emily Nelson, la exitosa y sofisticada madre del mejor amigo de su hijo. La relación entre Stephanie (Kendrick) y Emily (Lively) se construye de manera divertida —y hasta sensual— a lo largo de la cinta.
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Un pequeño favor está plagada de giros inesperados, y nos muestra a una Lively que por momentos nos remonta a Gossip Girl, ataviada con un men’s look muy estilizado. La actriz consigue sostener su parte del guión sin opacar a (la naturalmente carismática) Kendrick. El guión transcurre con momentos cómicos bien desarrollados y revelaciones que sí, chilangos, si no tenían idea del libro les abrirá los ojos: todos tenemos oscuros secretos.
La mente detrás del guión es Jessica Sharzer (American Horror Story), que logra integrar a las protagonistas de manera natural en un terreno que explora las relaciones de poder y placer —que seamos honestos— todos ejercemos en algún punto de la vida.
Lo bueno en Un pequeño favor
La trama divertida si no buscas una historia profunda, los grandes vestuarios de Seren… ejem Blake Lively. Y el plot twist final. Un gran guiño a la oleada feminista en la industria del entretenimiento.
Lo no tan bueno en Un pequeño favor
Los personajes secundarios no son tan explotados, y los innecesarios momentos “sensuales” de ambas protagonistas.
¿Qué calificación le damos?
Fresca, divertida y cumple su función de entretener. La “It girl” destaca por su papel sorpresa y la manera en que luce los últimos minutos de la trama. Por “lucir” nos referimos a las tablas en su actuación. Consigue tickets acá.