Terror, comedia, aventura, surrealismo y otras temáticas, todas las podemos encontrar en este conteo de los mejores shows noventeros de Nickelodeon.
Hubo un tiempo en que la gente detrás del canal de la mancha naranja le metía sustancia a sus producciones y creaba verdaderas joyas de la televisión infantil y juvenil.
Ya antes les hicimos un bonito recuento de las mejores caricaturas de Nickelodeon (que pueden visitar aquí), pero ahora toca todos esos shows de live action que ampliaron el horizonte de lo que hasta entonces habíamos visto en la televisión.
Por supuesto, hablamos de programas como el terrorífico ¿Le temes a la oscuridad?, uno de los favoritos absolutos de aquella época entre los mejores shows noventeros de Nickelodeon, pero también hablamos de joyas olvidadas como Todo Eso, que catapultó varias carreras, o el favorito de los raros, Pete y Pete.
En fin, la lista es algo extensa, así que no le damos más vueltas, acá te van.
Los mejores shows noventeros de Nickelodeon
Clarissa lo explica todo
Melissa Joan Hart es la reina indiscutible de los años noventa (seguida muy de cerca de su amiga Britney Spears, claro) y todo comenzó aquí con su primer show, Clarissa lo explica todo. En este, la rubia actriz personifica a Clarissa Darling, una adolescente de una familia típica quien se da a la nada fácil tarea de explicarlo todo acompañada por su amigo Sam y acosada por su horrible hermano Ferguson.
El show ha sido reconocido como uno de los más innovadores en su tipo, pues si bien echaba mano de recursos narrativos como constantes rompimientos de la cuarta pared, fue el primero en su estilo en poner al frente a una protagonista mujer. Aquí se marcó el inicio de la prolífica carrera de Melissa Joan Hart, quien posteriormente encarnaría a la primera versión televisiva de Sabrina, la bruja adolescente.
¿Le Temes a la Oscuridad?
De los shows más queridos del canal y con justa razón, ya que logró combinar a la perfección el terror con el contenido apto para menores. La premisa era sencilla: un grupo de amigos (la sociedad de la medianoche) se juntaban por la noche en un bosque para contar historias de terror; cada uno con cierta fijación por temas, a veces con objetos, contaban historias de demonios, fantasmas, casas embrujadas, vampiros,antiguas maldiciones y demás monstruosidades.
Algo destacable de este show es que los cuentos no siempre terminaban con final feliz (como es usual tratándose de contenido juvenil), sino que a veces los protagonistas perdían la vida, desaparecían para siempre o simplemente el final quedaba abierto a las interpretaciones, lo que lo hacía todavía más perturbador.
La época dorada del show duró alrededor de cuatro años, del 92 al 96, luego regresó para dos temporadas más en 1999, e incluso en 2019 se revivió para una miniserie en el mismo Nickelodeon.
Kenan & Kel
La pareja cómica conformada por Kenan Thompson y Kel Mitchell inició como uno de los muchísimos sketches de Todo eso, show también presente en este conteo, pero logró quedarse en el gusto del público por lo disparatado de sus aventuras. En programa, que es de los mejores shows noventeros de Nickelodeon, aparecían Kenan y Kel mientras gastaban sus días trabajando en un mini super, haciendo rabiar a su jefe, perdiendo el tiempo o viendo cómo conseguir soda de naranja para Kel (y es que “a Kel le encanta la soda de naranja”, como gustaba repetir el protagonista hasta el cansancio).
Poco a poco el universo se fue expandiendo, a veces veíamos al par relajándose en casa de Kenan o yendo a la escuela, donde siempre la megalomanía de Kenan se contraponía a la inocencia de Kel para acabar inmiscuyéndolos en diferentes embrollos.
Dato curioso: el intro del show lo cantaba el popular rapero (bueno, popular al menos en los noventa) Coolio, autor también del tema “Gangsta’s paradise”.
Las Aventuras de Pete y Pete
El show más surrealista de la barra programática del Nickelodeon noventero. En este programa se asomaba a la vida de los hermanos homónimos Pete y Pete Wrigley, quienes mostraban lo extrañamente entretenida que puede ser la vida de un suburbio gringo.
Y es que Pete y Pete no era para cualquiera: hablaba de temas como la familia, la escuela, los amigos y los vecinos, pero desde una aproximación que evitaba la comedia facilona, para adentrarse en un universo donde importan cosas como evitar que los tenis se ensucien de pasto y aprender a comer pollo a la barbacoa correctamente.
A eso sumamos que no eran raras las apariciones de celebridades como Iggy Pop, Michael Stipe (REM), Steve Buscemi o el rapero LL Cool J.
El show de Amanda
Hubo un tiempo que el carisma y la versatilidad de Amanda Bynes le ganó el hacerse de su propio show en Nickelodeon. En este, la actriz, de una talento nato indiscutible, se dedicaba a protagonizar sketch tras sketch cómico, parodiando otros programas de televisión o simplemente apelando a la comida física de su apariencia.
Una curiosidad de este programa fue que en el reparte tenía a dos futuras estrellas: Josh Peck y Drake Bell, quienes tendrían tan buena química juntos que a la postre se ganaron su propio show con el que ambos catapultarían sus carreras.
Todo Eso
Parte del éxito de Nickelodeon era que sus programas solían ser laboratorios de contenido y Todo Eso es el ejemplo perfecto. Estructurado como el archifamoso SNL, Todo Eso se trataba de presentar una antología de sketches de comedia ejecutados por un colectivo de actores adolescentes extraídos de la cantera de Nickelodeon.
Las tramas a veces eran de lo más simplonas: “Barry, el bolsillero”, por ejemplo, era un tipo que siempre traía el objeto indicado en los bolsillos para salvar una situación, pero se le reconoce que ahí despegaron varias carreras importantes como la de Kenan Thompson, Amanda Bynes y el mismísimo Gabriel Iglesias.
Las Leyendas del Templo Escondido
Los shows de concursos siempre han sido un nicho rentable y sumamente entretenido de ver y LLDTE no fue la excepción. Los participantes se dividían en 6 equipos divididos por colores: jaguares rojos, barracudas azules, monos verdes, serpientes plateadas, iguanas naranjas y loros púrpura; cada equipo debía enfrentarse a distintas pruebas físicas trepando, corriendo, saltando y resolviendo acertijos. Los equipos iban quedando eliminados a través de los cuatro escenarios del show hasta que, finalmente, un equipo se colocara como ganador.
Siendo un niño chilango de entonces, uno no podía más que sentir envidia de ver a los morros gringos, a kilómetros de distancia, desperdiciando cada oportunidad en el juego. Ni modo, quién nos mandaba nacer de este lado del Río y que nos perdiéramos a uno de los mejores shows noventeros de Nickelodeon.