Él ha dado y vendido su esperma en bancos usando múltiples seudónimos; también ofreció su servicio de “superesperma” por sitios en internet, incluso ha visitado a sus clientas en casa para donarlo de forma física (mediante un vasito) para hacer la inseminación y hasta de la forma física tradicional. A la fecha, se calcula que este donador serial puede tener cerca de 1000 hijxs con su material genético en diversos países del mundo.
Este planteamiento suena a una buena película de ficción, pero es una historia real. Esto lo hizo en la vida real Jonathan Jacob Meijer, un hombre que en su canal de Youtube ha relevado su parte en este caso, pero la otra, la de las mujeres que concibieron hijxs con su esperma, se cuenta en El hombre de los 1,000 hijos, una miniserie documental de Netflix que estrenó en México el 3 de julio y está abriendo muchas conversaciones.
“La pareja promedio tiene 2.3 hijos en su vida, pero se cree que el récord de una pareja es de más de 40 hijos, pero ¿y si les dijera que existe un hombre, que sigue vivo, que puede que haya tenido más de 1,000 hijos?”, así empieza esta miniserie que se ha colocado entre lo más visto de la plataforma.
A lo largo de tres capítulos, las mujeres que han recibido su esperma hablan de este músico holandés que ha viajado al rededor del mundo como turista, pero también dejando su esperma regado entre parejas que no pueden concebir de forma natural: parejas formadas por dos mujeres, parejas heterosexuales con problemas para engendrar, madres solteras y otros casos que se revelan en la serie documental.
Y aunque su esperma parece ser de calidad tal que ha podido “pegar” en cientos o miles de mujeres para que puedan ser madres, y ese hecho ha logrado la felicidad en múltiples hogares, el aspecto legal y ético de todo este caso rompe con la idea romántica de un hombre que ha ayudado a cientos de mujeres a tener bebés.
La historia real de ‘El hombre de los 1000 hijos’
Jonathan Jacob Meijer tiene un canal de YouTube donde en un principio solo subía sus videos musicales, pero después empezó a hacer videoblogs en donde cuenta cómo ha hecho múltiples donaciones de esperma.
Ahora, en los videos más recientes, alega que hay otra parte del documental de Netflix; se defiende de las acusaciones y explica que lo que se muestra en la plataforma son exageraciones. No obstante, no niega haber hecho múltiples donaciones, y asegura que ha hecho esto desde hace 17 años.
En algunos videos que ha publicado tras la miniserie, Meijer alega que sus donaciones no son una producción masiva de bebés, pues cada familia hace únicx a ese nuevo ser que lleva sus genes.
De pelo largo rubio, ojos azules, holandés, joven, sano, Meijer resultó ser un donante ideal para distintas mujeres que deseaban quedar embarazadas. Y hasta ahí todo bien, pero ¿por qué esa obsesión de regar su material genético en decenas de bancos de esperma en su país y en distintos países, de mentir sobre su identidad para hacerlo sobrepasando los límites legales y en ofrecer sus servicios por internet?
En sus videos, el músico revela cómo es la vida de un donador/vendedor de esperma, cómo ha viajado a distintos países con este propósito que él califica como altruismo. Sus objetivos no obedecen a lo económico, pues el pago por donación de esperma no es tan lucrativo, según explican en el documental.
En la serie, las mujeres que tienen hijxs con sus genes explican las consecuencias que pueden existir por la manía de Meijer. Ellas encontraron grupos en Facebook donde están fotos de lxs hijxs que han concebido con el material genético del músico y son muy similares entre sí.
De acuerdo con las leyes en Holanda, un donante de esperma no puede tener más de 25 hijxs, medida tomada para reducir el efecto de consanguinidad. Aún así, este hombre alega que todo lo hizo para cumplir el deseo de las mujeres a ser madres. ¿Tú qué piensas?