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¿Vale la pena ver la película Straight con Alejandro Speitzer y Bárbara López?

Straight, con Alejandro Speitzer, explora el dilema de elegir entre dos amores. Una película sobre identidad, amor y expectativas sociales.

Straight, dirigida por Marcelo Tobar y protagonizada por Alejandro Speitzer, Bárbara López y Franco Masini, es una adaptación cinematográfica de la obra teatral homónima que generó debate en 2018.

La película busca trasladar a la pantalla grande las tensiones emocionales y sociales que surgen cuando las expectativas de la sociedad chocan con los deseos más íntimos de una persona.

Inspirada en el texto original de Scott Elmegreen y Drew Fornarola, en esta versión se intenta actualizar la narrativa. Esto, abordando temas como la bisexualidad, la búsqueda de identidad y las decisiones que inevitablemente hieren a alguien. Alejandro Speitzer no solo protagoniza la película, también es productor ejecutivo.

¿De qué trata Straight?

La historia sigue a Ro (Speitzer), un hombre de 35 años con una vida aparentemente ideal. Tiene un trabajo estable en el sector financiero y mantiene una relación de varios años con Elia (Bárbara López), una mujer inteligente y comprensiva. Todo parece marchar bien hasta que conoce a Cristian (Franco Masini) a través de una aplicación de citas.

Desde el primer encuentro, Ro y Cristian conectan profundamente, y lo que empieza como una aventura casual evoluciona en algo más serio. Conforme sus sentimientos por ambos se intensifican, Ro enfrenta una decisión inevitable. Tiene que elegir entre Elia, su novia ideal según las normas sociales; o Cristian, quien despierta una nueva faceta de su identidad. Cualquiera que sea su elección, el daño emocional es ineludible.

¿Vale la pena verla?

La respuesta siempre es sí, ver cine mexicano, actores mexicanos siempre sí. En suma, se debe valorar el tremendo esfuerzo colectivo del crew para sacar a flote un proyecto cinematográfico.

No obstante, seremos muy objetivos para dar nuestro comentario sobre la cinta. Alejandro Speitzer se esfuerza en transmitir el conflicto interno de Ro, mientras que Bárbara López y Franco Masini ofrecen interpretaciones competentes como las figuras clave en la vida del protagonista. Sin embargo, el guion no les da suficiente profundidad para que sus personajes se sientan reales o memorables. A pesar de los momentos emotivos que prometen sus interacciones, la película no logra que el espectador empatice plenamente con ninguno de ellos.

Aunque Straight parte de una premisa interesante y relevante, se queda corta en su ejecución. El tema central —la dificultad de elegir entre dos amores cuando ambos son igualmente válidos y apasionados se presenta de forma plana, sin explorar las capas emocionales o psicológicas que podrían enriquecer la narrativa.

El personaje de Ro está claramente enamorado tanto de Elia como de Cristian, pero la película no profundiza en lo que realmente los une o los separa. ¿Qué hace que él se sienta atraído por cada uno? ¿Cómo se relaciona esto con sus inseguridades o expectativas personales? Estas preguntas quedan sin respuesta, lo que resulta en personajes que se sienten más como arquetipos que como personas reales.

Además, el conflicto de Ro, aunque creíble, se resuelve de manera apresurada y predecible. La película termina optando por un desenlace que prioriza lo “correcto” según las normas sociales, pero sin desafiar ni expandir las conversaciones sobre la identidad sexual o las relaciones modernas. Esto deja una sensación de oportunidad desperdiciada, ya que los momentos de mayor tensión emocional carecen de impacto real.

La narrativa de Straight tiene potencial, pero su desarrollo es tan limitado que fácilmente podría haberse contado en un cortometraje. La falta de profundidad en los personajes y en los dilemas que enfrentan convierte la experiencia en algo superficial. Aunque la película intenta explorar el dilema universal de “quererlo todo pero no poder tenerlo todo”, no logra conectar a nivel emocional con la audiencia.

Straight es un intento valiente de abordar temas complejos como la bisexualidad y las relaciones modernas, pero se queda en un nivel superficial que no hace justicia a su premisa. Con personajes poco desarrollados y una narrativa que evita riesgos emocionales, la película es entretenida en el mejor de los casos, pero no logra ser memorable ni revolucionaria.

A pesar de su estética atractiva y el carisma de su elenco, la cinta es una exploración que, irónicamente, nunca se atreve a ir más allá de la superficie. Ya puedes ir a verla a cines, se estrenó el jueves 21 de noviembre.


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