En un rincón de la Sierra Norte de Oaxaca, Santa Catarina Lachatao desafía al tiempo y a la migración masiva a través de su férrea voluntad de mantener vivas sus tradiciones. Este esfuerzo ha quedado plasmado en Lachatao, un documental de Natalia Bruschtein que retrata con sensibilidad la vida en esta comunidad y el papel fundamental de los niños en la continuidad de su identidad y cultura.
En Chilango platicamos con Bruschtein, nos compartió los orígenes de este proyecto y la íntima relación que desarrolló con los habitantes del pueblo. “Vine aquí a filmar un video sobre la escuela comunitaria y terminé cautivada por la comunidad misma. Lo que inicialmente era un corto se convirtió en una exploración profunda sobre cómo Lachatao se reinventa y sobrevive a pesar de su situación demográfica adversa”, nos comenta la directora, quien además expresó el valor de una educación que conecta a los niños con su territorio y raíces zapotecas.
Lachatao: La historia desde la mirada de los niños
Desde un inicio, Natalia supo que Lachatao debía ser contado a través de los ojos de los más jóvenes. “Si el proyecto de esta comunidad es preservar su cultura para el futuro, entonces los niños son quienes deben narrarlo. En la ciudad, muchas veces se les ve como una carga, pero aquí son parte activa de la comunidad. Eso me hizo reflexionar sobre la calidad de vida y la conexión con nuestras raíces”, explica. Los protagonistas del documental son Leslie y Val, dos hermanas de doce años que representan la esperanza y el compromiso de una nueva generación que crece con conciencia de la lucha por preservar su identidad.
La estructura de la educación en Lachatao es particular y reveladora: los niños no solo estudian las materias tradicionales, aprenden zapoteco, trabajan la tierra y participan en actividades comunitarias junto a sus padres. “Esto nació de una necesidad, pues la falta de infraestructura educativa hizo que las familias migraran. Crear una escuela ha ayudado a retener a las nuevas generaciones y fortalecer los lazos comunitarios”, señala Bruschtein.
La producción de Lachatao enfrentó retos significativos. “La pandemia dificultó nuestro trabajo; los niños iban creciendo; y con el tiempo, la historia cambió”, mencionó la directora. Sin embargo, gracias al apoyo de Fidecine, el documental pudo completarse; y Bruschtein aspira a llevarlo a cineclubs y espacios de difusión cultural para que el mensaje de Lachatao inspire a otras comunidades. “Este pueblo tiene un mensaje que puede resonar en otros contextos: la importancia de la organización y la defensa de sus tierras. Me encantaría que esta historia llegue a quienes busquen alternativas para fortalecer sus comunidades.”
Bruschtein dijo que Lachatao le dejó valiosas enseñanzas, especialmente sobre el vínculo humano con la naturaleza y el valor de la comunidad. “En Lachatao, los niños entienden que pertenecen a la Madre Tierra, y eso marca una diferencia fundamental en cómo perciben su entorno. Es un recordatorio de lo que olvidamos en la ciudad, donde la conexión con la naturaleza y el sentido de pertenencia son limitados”, reflexiona.
El documental es un testimonio de resistencia y arraigo, invitándonos a repensar el significado de comunidad en un mundo donde las grandes ciudades parecen haber perdido esa esencia. Con Lachatao, Bruschtein nos permite participar en la vida de un pueblo que lucha, en cada generación, por mantener viva su cultura. Aún no tiene fecha de estreno, nosotras fuimos de las afortunadas de verlo en FICM 2024, pero en cuanto llegue a salas de cine o plataformas, no dudes en verlo.