Este 17 de octubre, Netflix estrenó Estado de silencio, un documental que explora los desafíos que enfrentan los periodistas en México al revelar la verdad en un país que, desde el año 2000, ha visto morir a más de 167 periodistas.
Producido por Diego Luna y Gael García Bernal, y dirigido por Santiago Maza, el filme se centra en las historias de cuatro periodistas que han sido amenazados por reportar sobre la corrupción y el crimen organizado. Este documental es un grito de alarma para que la sociedad mexicana valore el papel indispensable de la prensa.
Este proyecto retrata la vida de cuatro periodistas valientes: María de Jesús Peters, Juan de Dios García, Marcos Vizcarra y Jesús Medina. Estos profesionales han experimentado de primera mano las amenazas, persecuciones y violencias que vienen con el oficio en un país donde denunciar la corrupción o el crimen organizado puede costarles la vida.
Durante una entrevista con Chilango, Diego Luna destacó la magnitud del problema, no solo en términos de cifras, sino en el impacto emocional y social que generan estos asesinatos.
“La trascendencia del periodismo va mucho más allá de las estadísticas. Hablamos del dolor de las familias, de la cicatriz que dejan los periodistas asesinados o desaparecidos. Pero, además, debemos entender que al silenciar una voz, silenciamos miles. Estas voces son las que cuentan las historias de comunidades enteras”, dijo Diego Luna.
El documental no solo revela las tragedias personales, también pone de relieve las consecuencias que este silenciamiento tiene para la democracia. “Cuando hablamos de periodismo, hablamos de todo. Salud, educación, elecciones, corrupción… todo está tocado por el trabajo periodístico. Es crucial que la sociedad entienda la importancia de proteger a los periodistas, porque sin ellos, muchas realidades quedarían enterradas”, sostuvo Luna.
Santiago Maza, el director, compartió los retos de abordar un tema tan complejo y delicado. “Desde el inicio del guion sabíamos que había muchas historias que contar, pero no todas cabían en el documental. Fue un proceso de edición difícil, porque cada testimonio tenía valor por sí solo. Al final, queríamos reflejar la complejidad de un problema que no es solo actual, sino también sistémico. Decidimos no hacer una revisión histórica, sino hablar del presente, de lo que los periodistas están viviendo hoy”.
Diego Luna también reflexionó sobre la génesis de este proyecto y lo que significó para él a nivel personal. “Este es un viaje de descubrimiento, tanto para los periodistas que nos abrieron su vida como para nosotros que contamos su historia. Queremos que el público entienda lo que hay detrás de cada noticia que llega a sus manos. Si logramos hacer que se pregunten sobre el proceso, sobre las vidas y los riesgos involucrados, habremos cumplido parte de nuestra misión”, advirtió.
Además, espera que esta no sea solo una película, “sino una herramienta para generar un cambio profundo en la sociedad, que valore y proteja el periodismo como el pilar esencial que es”.
Estado de silencio llega a Netflix con la esperanza de que la información y las historias contados en él, provoquen reflexión social urgente.