¿Qué pasaría si esa violencia cotidiana, esa que nos despierta cada mañana en los titulares de las noticias, se descontrolara completamente? Si cualquier mirada, cualquier gesto o mínima acción pudieran desencadenar un ataque brutal. Si el mundo estuviera tan invadido por la intolerancia que ni siquiera el amor pudiera ofrecer refugio. Este es el planteamiento desgarrador de ¡Corre!
En esta película dirigida por Stéphan Castang (Finalde, 2020) seguimos a Vincent, un diseñador gráfico interpretado por el carismático Karim Leklou (Tales of Taipei, 2021), cuya vida común se desmorona cuando se convierte en el blanco de ataques inexplicables. No hay razones, no hay lógica: simplemente, las personas a su alrededor comienzan a agredirlo sin piedad. Desde niños hasta mafiosos, nadie está exento de este impulso violento. Vincent, atrapado en un mundo de caos, se ve forzado a huir, buscando un lugar donde simplemente existir sin miedo.
¡Corre! Un retrato de la intolerancia social en el mundo
La película retrata la intolerancia social, la magnifica hasta convertirla en un espejo distorsionado pero inquietantemente reconocible de nuestra realidad. Cada golpe que recibe Vincent, cada mirada desconfiada o reacción visceral, resuena con una sociedad al borde del colapso. En su desesperación por encontrar un espacio seguro, la película deja entrever un mensaje sombrío: quizás solo un perro pueda ofrecernos la paz que los humanos hemos perdido.
¡Corre! no da tregua al espectador. A través de una narrativa tensa y una dirección que prioriza el desasosiego, Castang construye una atmósfera donde el miedo reina y la esperanza apenas logra colarse entre las grietas. La actuación de Leklou es visceral, transmitiendo con maestría la angustia de un hombre atrapado en un mundo que ha perdido toda humanidad. A su lado, Vimala Pons aporta una chispa de humanidad en un relato que, por momentos, parece ahogarse en la desesperación.
Lo que hace que esta película sea tan perturbadora es su capacidad para convertir la violencia irracional en un reflejo crudo de nuestra vida cotidiana. ¡Corre! nos obliga a enfrentarnos al caos que nos rodea, al ruido que nos aturde y a la fragilidad de la paz que damos por sentada. Nos recuerda que, aunque no vivimos en un mundo donde cada mirada sea mortal, no estamos tan lejos de esa distopía.
Con un enfoque implacable en el caos y la supervivencia, ¡Corre! es una advertencia, un grito y una reflexión sobre cómo la violencia nos despoja no solo de nuestra tranquilidad, sino también de nuestra humanidad. Un filme que, al salir del cine, deja al espectador preguntándose si realmente puede respirar sin miedo. Esta película llega a cines este 14 de noviembre. ¡Ve preparado, porque está fuerte!
