¿Qué pasa cuando alguien queda atrapado en su mentira? Pérdida total, una película que debes ver
La nueva película de Enrique Begné apuesta por una mezcla de géneros. Ortizgris encarna a un mentiroso carismático al borde del colapso.
La más reciente cinta de Enrique Begné, Pérdida total, llega a la cartelera con una premisa sencilla que se enreda hasta el delirio: Claudio, un hombre encantador y profundamente embustero, cae en una deuda incómoda con un cliente. Para saldarla, decide vender su camioneta, sin saber que esa decisión marcará el inicio de una cadena de situaciones desbordadas que lo enfrentarán con su propio abismo.
La película, protagonizada por Leonardo Ortizgris, se presenta como una tragicomedia con tintes de thriller, donde las mentiras se acumulan como fichas de dominó hasta que todo se viene abajo.
Foto: Terregal Films
Jorge A. Jiménez, Tato Alexander y Joaquín Cosío en Pérdida total
El filme, que también cuenta con las actuaciones de Héctor Kotsifakis, Jorge A. Jiménez, Tato Alexander y Joaquín Cosío, se desmarca de los lugares comunes del cine mexicano contemporáneo. Apuesta por una narrativa fragmentada, en la que cada escena tiene su propio tono y microuniverso, pero siempre al servicio de una historia mayor que habla del autoengaño, la culpa y la imposibilidad de redención cuando ya se ha mentido demasiado.
Begné, director de títulos como Dos abrazos y Busco novio para mi mujer, construye aquí una propuesta más cruda y estilizada, jugando con los géneros sin perder de vista la verosimilitud. En entrevista, el director reconoce que uno de los mayores logros fue dar con el tono justo:
“Queríamos que la película tuviera momentos de humor, pero también escenas densas, oscuras, incómodas. Todo debía sentirse real, aunque estuviéramos bordeando el absurdo”.
Foto: Terregal Films
La química entre director y protagonista es clave. Leonardo Ortizgris encarna a Claudio. El personaje, lejos de buscar la empatía inmediata del espectador, se gana la atención con su contradicción constante. “Fue un regalo como actor. Claudio es un tipo que cae mal, pero que uno termina entendiendo. Está lleno de capas y contradicciones”, afirma Ortizgris, quien ya había trabajado con Begné en otros proyectos.
Filmada en Torreón con un equipo reducido y un presupuesto limitado —según el director, perdieron el 40% del financiamiento un mes antes del rodaje—, Pérdida total se apoya en una producción ágil, casi artesanal, que refuerza el tono cercano de la historia. “Es una película hecha a pulmón”, dijo Begné, quien destacó el compromiso de un elenco que aceptó rodar sin red de seguridad.
Más allá de la trama, Pérdida total ofrece una lectura sobre la masculinidad que pocas veces se aborda en pantalla con tanta franqueza. Hombres que no saben comunicarse, que esconden sus emociones, que miden su hombría en discusiones banales o en silencios tensos. La película no sermonea. Sin embargo, tampoco se queda en la superficie. Es una postal honesta y compleja de cómo se vive —y se sobrevive— siendo hombre en una sociedad que castiga la vulnerabilidad.
Con un humor filoso, actuaciones sólidas y una puesta en escena que apuesta por lo contenido, Pérdida total confirma que el cine mexicano tiene todavía muchas formas de reinventarse. No es una película cómoda ni pretende serlo: es una historia que se atreve a mirar de frente lo que muchos prefieren ignorar.
Una invitación a dejarse incomodar, a reír con culpa y, quizás, a revisar nuestras propias pequeñas mentiras diarias. Ve a verla al cine. Te va a gustar.