El cine independiente mexicano tiene formas diversas de reinventarse para contar historias. La película Tare de Andrea Martínez y Tenoch Huerta es la oportunidad de hacer cine colaborativo con la Ciudad de México como escenario principal.
¿Cómo comenzamos desde cero después de experiencias dolorosas y de pérdidas irremediables? Es la pregunta del millón y uno de los temas centrales de la cinta, cuya resolución se plantea a través de un viaje constante por las calles chilangas.
Nuevo cine mexicano en la película Tare
Tare, ese botón que resetea el gramaje de la báscula después de que hemos colocado el ingrediente deseado sobre la plataforma. Comenzar desde cero sin perder de vista lo previo; es decir, partir con nuevos procesos pero con un trasfondo de aprendizaje que no perderemos.
Las historias tienen diversas voces para narrar, por ello la cineasta Andrea Martínez decidió emprender la filmación de su película mediante una campaña de financiamiento en la que los fans y seguidores estuvieran involucrados en la producción de la cinta.
“Hace dos años perdí al amor de mi vida. Mi esposo Jerry murió de forma inesperada y eso me produjo un dolor profundísimo, así que decidí escribir una historia que parte de esta experiencia personal”, compartió Andrea.
Martínez destaca que la película se desarrolla en un viaje a través de la Ciudad de México, de lo cotidiano de sus calles. Sin embargo también es un recorrido para sanar.
Como parte de la creación y de los procesos creativos se necesitan cómplices, por ello Andrea buscó a Tenoch Huerta a quién había conocido en 2019.
Así nació Tare
“Lo llamé y le dije que necesitaba platicar con él acerca de un proyecto. No solo quería que fuera actor, también le pedí que se involucrara en todos los aspectos de la película: guion, producción, dirección.”
La cineasta destacó que su carrera siempre se había ceñido a la escritura y producción de películas y documentales; sin embargo en esta ocasión, debido a la conexión que tenía con la historia ella interpretaría el papel de la protagonista.
“Andrea es muy disciplina y le entra a todo. Yo le sugerí que tomara clases de actuación y lo ha hecho muy bien. Además todo lo hemos hecho en conjunto desde el primer día, es decir, la película ya está en marcha.”, compartió Tenoch Huerta en entrevista.
Si bien la pandemia ha frenado gran parte de la producciones cinematográficas en el mundo, paulatinamente se han recuperado algunos espacios para continuar las producciones y filmaciones.
“Este es un proyecto colaborativo en el que estamos convocando a todos los fans, seguidores, simpatizantes e interesados en el cine mexicano y que de alguna manera conocen nuestro trabajo”, comentó la directora de Observar las aves.
¿Cómo colaboro en la película?
A través de una campaña de crowdfunding, Andrea y Tenoch arrancan este proyecto cinemátográfico cuya producción ya está en marcha con un equipo pequeño, pero activo que se ha concentrado en los avances de permisos, compra de materiales, búsqueda de locaciones.
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“Parte de los objetivos de Tare es involucrar a la banda. Es otra forma de hacer cine, de co-crear en México y eso nos entusiasma mucho porque será una producción única hecha de muchas manos, apoyos e ideas”, destacó Tenoch.
El agudo interés que Martínez y Huerta tienen en esta nueva aventura cinematográfica no solo se centra en la realización de una historia de profundo dolor, pérdidas y un camino de sanación. También toma impulso a partir de una necesidad de hacer cine horizontal, con escenarios diversos y estrategias que rompan paradigmas.
“Queremos una película que sea de todos. Este tipo de producciones permiten tener otras perspectivas de realización y de involucramientos. Por ejemplo, nosotros seremos directores, productores, actores. Este proyecto es horizontal porque toda colaboración es significativa y valiosa”, compartió Andrea.
En los escenarios de Tare, las calles de la Ciudad de México son el ecosistema en el que los protagonistas emprenderán un viaje de una noche.
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A manera de road trip el recorrido de ambos personajes desvela facetas del territorio chilango. Sin embargo ahora se presentan con nuevos matices, cuya narración va de la mano de un viaje de exploración del dolor y recuperación emocional.
Entre las locaciones de esta peli, se encuentra el restaurante el Gallo Güero, sitio fundamental para la concepción de la idea primaria entre Andrea y Tenoch. Este lugar no solo toma relevancia en la cita, también en las recompensas que como colaborador puedes obtener.
Los premios de aportación a la película Tare adoptaron el mote del restaurante, pero con adjetivos diversos: Gallo escuincle, Gallo tatuado, Gallo enamorado, Gallo asociado, entre otros.
Las recompensas parten desde una postal autografiada por Tenoch Huerta, la aparición en los créditos de la peli hasta una cena con ambos co-creadores de Tare.
Las aportaciones y colaboraciones estarán abiertas hasta el 22 de octubre de este año, así que aún hay tiempo para entrarle.
Si te latió el proyecto, aquí te dejamos el link para que le eches ojo al origen de este nuevo proyecto de cine mexicano que necesita la ayuda de todos.
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