Después del aplauso, hubo silencio. Guillermo del Toro anunció su regreso a las pantallas a los 5 años del estreno de su multipremiada entrega La forma del agua y la espera, al fin, terminó. El callejón de las almas perdidas presenta una cara familiar, pero a la vez sorprendente del director tapatío. El motivo de fondo, inscrito en toda su obra, son los monstruos que viven dentro de cada uno. Sin embargo, la atención ahora se gira sobre un personaje perdido en la búsqueda de una identidad cada vez más elusiva.

La fragmentación de Stan, personaje central de la película interpretado por Bradley Cooper, es dolorosamente progresiva, a un ritmo de tenue crecimiento hasta su inevitable ruptura. La espera es cada vez más tensa, colmando de una sensación de incomodidad que lejos de resolver, hace a la audiencia tronar con el mismo personaje. Es difícil mantenerse indiferente al trayecto de un héroe que no pretende salvar a nadie, más que a sí mismo.

Rooney Mara y Bradley Cooper en NIGHTMARE ALLEY. Foto por Kerry Hayes. © 2021 20th Century Studios All Rights Reserved

El callejón de las almas perdidas: el primer film noir de Guillermo del Toro

Acompañado de su característica e incuestionable atención al detalle, Del Toro presenta una cara llena de significado que si bien sorprende, deja un comentario sobre la cultura contemporánea que vale la pena escuchar. Esto, además, con una increíble estética art decó y de los carnavales de la posguerra que excede expectativas en su precisión y belleza.

Un rasgo sorprendente de esta entrega, no obstante, es que por primera vez no se ven monstruos o elementos marcadamente fantásticos en una película de Del Toro. Ahora, que las reglas de este universo no sean necesariamente fantástica no significa que fuese a ser historia a más iluminadora que oscura; todo lo contrario. Con cada paso que toma su protagonista y se adentra la historia, es evidente que un abismo invisible está alejando el universo de la luz. Progresivas tomas que terminan en completa oscuridad, así lo comentó Guillermo del Toro en entrevista con Chilango: 

Yo creo que la película tiene un aire de cuento de hadas oscuro a nivel visual y a nivel diseño, cámara, vfx y todo ese rollo, pues son profundamente plásticas y arrebatadoras las atmósferas de la película. Y creo que el flujo de la película tiene algo entre lo alucinatorio y lo onírico: la manera en la que el personaje despierta constantemente a nuevas realidades. Está en un sueño para despertar en un carnaval; vuelve a despertar y está en un hotel de lujo; tiene otro despertar y es un vagabundo que lo ha perdido todo.

Esta idea es fantástica, pero también hay otros elementos como los bebés en jarras, los gritos en la noche, el carnaval cubierto de niebla, etc. Hay una construcción visual fantástica. Además, para mí, un referente literario es El hombre que vendió su sombra, que hay dos versiones, una de Christian Anderson y otra que es una novela alemana. Es importante para mí pues el personaje hace un pacto de voltearse sobre su compasión y solo enfocarse en su ambición y progreso para terminar viéndose en un espejo —no literal—, que es totalmente brutal. Creo que es el final más brutal que he filmado. 

Bradley Cooper en NIGHTMARE ALLEY. Foto por Kerry Hayes. © 2021 20th Century Studios All Rights Reserved

Las amenazas de la realidad

Esta brutalidad, por supuesto, no es coincidencia. Las amenazas son tan reales y entrañables que no son extrañas ni para la audiencia, ni su creador. La egolatría, la búsqueda de identidad, la soledad en el éxito y relaciones interpersonales vacías o superficiales están al acecho. La realidad es que para el director tapatío estos temas no son nuevos, pues los reconoce dentro de sí mismo: 

Para mí es un personaje que debo entender para escribirlo. Yo entiendo a Stan perfectamente porque las preguntas que él debería de hacerse, son preguntas que yo sí me he hecho, aunque entiendo el impulso que tiene por estar roto —es un personaje completamente roto—, para encontrar quién es. Se trata de una búsqueda de identidad que me produce muchísima empatía o compasión. Yo no quiero que la gente ame u odie a este personaje, solamente que lo entiendan. La idea de su personaje, es que la película entera sea un prólogo para los últimos tres minutos. 

En la película se dice que es un personaje difícil porque, en realidad, no cambia. Esos son personajes muy difíciles de ejecutar para el actor y para el director. Lo que finalmente cambia o quiebra, fragmenta es justo en el final. 

© 2021 20th Century Studios All Rights Reserved

La adicción como nostalgia

La immersión en la fatalidad del personaje se nota a leguas, como si en cada decisión hubiera el sutil pero certero recordatorio de que “esto que estás viendo, no va a terminar bien”. Sin embargo, una relación clave a la que se debe poner atención es la cercanía del personaje principal con la adicción. Despacio, con cautela, se cocina a fuego lento como un deseo melancólico por añorar algo que siempre se le ha negado. Una nostalgia que le carcome las entrañas: 

Es un personaje con el que ya había tenido un acercamiento desde otras obras: en El espinazo del diablo o en La forma del agua. Se trata de un individuo muy hermanado con los villanos de esas películas, pero en el caso de esas películas no son el personaje central. Aquí, la exploración de este personaje, sí es central. Lo que tiene es una sensación de abandono y de necesidad que quiere cegar o enmudecer con alcohol, éxito —que los dos duran muy poquito— y necesita, constantemente, estar callándola. 

La película, de hecho, lo dice: él nunca va a tener suficiente. Porque realmente empieza sin un techo ni comida por lo que dices, bueno, ojalá pueda tener comida o un hogar, lo encuentra; no tiene amor, entonces lo encuentra; no tiene éxito, lo encuentra. Y todo el tiempo está insatisfecho. 

Yo creo que eso está muy presente en el mundo como lo entendemos ahorita. Un mundo que está constantemente bajo una curaduría; lo único que tenemos como sistema de retroalimentación son sistemas que curamos nosotros mismos para que nos digan lo que queremos oír. Ese es un asunto muy preocupante o urgente para mí. Este personaje está a segundos de perderlo todo siempre, tiene miedo y es un miedo muy presente. 

El cine negro es un reflejo de la época en la que está hecho, en el escenario de la posguerra, así que precisamente te muestra eso. Si fuera en la época de posvietnam, también te refleja eso. En este yo quería encapsular la angustia y la ansiedad en la que está el mundo atrapado ahorita en una suerte de “descalabramiento existencial”. 

Detrás de escenas. © 2021 20th Century Studios All Rights Reserved

La mexicanidad en un film noir de la posguerra americana

Por último, Guillermo del Toro comenta que si bien la situación histórica y geográfica que da lugar a la historia podrían parecer alejados del contexto mexicano, la realidad es que el horror tiene una afinidad intrínseca con nuestro país. ¿A qué momentos como mexicanos deberíamos prestar especial atención? Así contestó el director:

A todo. Yo creo que el acercamiento al carnaval, tanto visual como espiritualmente viene de haber ido a carnavales desde chico; la mujer araña es concretamente una memoria de un carnaval mexicano que vi de niño en el que vi que decía que esto pasaba por desobedecer a mis papás y lo puse tal cual. Pero, en realidad, es esta mezcla entre lo brutal y lo mágico, que es completamente nuestro pan de cada día; la idea de que nos mientan; la codependencia existente entre la manera en que nos engañan y nos engañamos nosotros mismos, claro, son cosas que suceden en todo el mundo, pero en México se da esta situación entre lo mágico y lo terrible en el mismo segundo.

Para mí, la incertidumbre de este personaje es una incertidumbre que llevamos a cuestas [los mexicanos] desde siempre. 


En conferencia de prensa Guillermo del Toro comentó que habrá una segunda proyección de la película en blanco y negro en la Cineteca Nacional y la Cineteca de Guadalajara. Acorde al director, la experiencia en blanco y negro puede brindar una nueva perspectiva a esta película. 

El callejón de las almas perdidas de Guillermo del Toro se estrena el 27 de enero y puedes verla en las grandes cadenas de cine de toda la ciudad. Esta es su primera película desde La forma del agua (2017) y para finales de 2022 se espera Pinocho, una entrega en stop-motion del clásico que todos conocemos. 

¿Ya viste? Estas son las 6 películas mexicanas presentadas en el Festival Internacional de Cine de Berlín.