Máquinas Mortales: un Star Wars steampunk que decepciona
Máquinas Mortales es la nueva cinta que tiene a Peter Jackson como productor y que retrata un mundo postapocalíptico con ciudades nómadas.
Por: Abigail Camarillo
Peter Jackson regresa con otra adaptación cinematográfica que le tomó aproximadamente 10 años llevar a la pantalla grande. Tomando ese tiempo de dedicación y que es la mente detrás de El Señor de los Anillos esperábamos grandes cosas, pero la verdad es que Máquinas Mortales deja mucho que desear.
Jackson produce y escribe la versión fílmica de Máquinas Mortales, historia que nos presenta un futuro distópico donde las naciones ya no existen como las conocemos. Ahora son ciudades puestas sobre ruedas que cazan y conquistan pueblos pequeños. En ese contexto la trama sigue a la misteriosa Hester Shaw (Hera Hilmar), quien está decidida a destruir Londres y a Thaddeus Valentine (Hugo Weaving). Pero en su aventura deberá enfrentar varios fantasmas de su pasado mientras forma una amistad con Tom Natsworthy (Robert Sheehan).
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Reseña de Máquinas Mortales
Todos esperábamos que Jackson trajera el mismo éxito de El Señor de los Anillos con Máquinas Mortales. Sin embargo decidió ceder la silla del director a su amigo de años Christian Rivers, con quien ha trabajado desde 1992. Estamos seguros de que el director neozelandés vio algo en Rivers para encargarle la cinta; sin embargo, toda la magia y la chispa se perdió en algún punto de la producción.
Máquinas Mortales comienza con una historia interesante con un futuro post apocalíptico, sociedades marginadas, ciudades sobre ruedas y una resistencia que es considerada rebelde. Prácticamente es la fusión de Mad Max con Star Wars. Para darle un plus, cuenta con efectos especiales bastante creíbles y que sorprende con un Londres convertido en una ciudad móvil steampunk parecido a El Increíble Castillo Vagabundo.
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Todo eso suena prometedor y al inicio lo es y funciona muy bien, pues la trama de Máquinas Mortales es bastante fluida en la primera mitad. Sin embargo, llega un punto en el que todo el interés que causa en el espectador se cae con subtramas incoherentes, personajes secundarios innecesarios y soluciones demasiado fáciles y rápidas. Y eso no sorprende considerando que adapta todo un libro en un metraje de dos horas.
Lo peor de todo es que uno ni siquiera simpatiza con los protagonistas, pues Hera Hilma y Robert Sheehan no tienen ni tantita química en pantalla. Por separado puede que funcionen un poco mejor, pero el guión es tan predecible que sus actuaciones se sienten planas y poco creíbles. Además, aparecen tantos personajes en escena que es difícil solo enfocarse en los principales.
Hugo Weaving, que interpreta al villano de Máquinas Mortales no se queda atrás, pues a pesar de ser la gran mente malvada jamás se siente como una verdadera amenaza. Y eso que el actor interpretó a Red Skull en la primera del Capitán América y al brutal Agente Smith en la saga de Matrix. Por eso no dudamos de las habilidades actorales de Weaving, pero una vez más el guión aburrido y lleno de clichés hace de las suyas.
La gran pregunta es si después de todo tendremos una secuela de Máquinas Mortales, pues se basa en el primer libro de la saga de 4 tomos.
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