Todos conocemos a Los Ángeles de Charlie, ya sea por la serie de los 70 o las dos películas protagonizadas por Cameron Diaz, Drew Barrymore y Lucy Liu. Ahora, llega una nueva versión que sirve como secuela y reboot para esta franquicia, pero que no consigue revivir la magia de este equipo de espías.
Esta entrega lleva al equipo de agentes secretos a territorios internacionales, pues la agencia se extendió a todas partes del mundo. La historia se centra en Sabina, (Kristen Stewart) un ángel con mucha experiencia que lidera a Jane (Ella Balinska) y la víctima que es convertida en ángel, Elena (Naomi Scott), a evitar la venta de un aparato tecnológico que podría convertirse en un arma mortal para cualquier hacker. Este trío de ángeles, junto a su Bosley (Elizabeth Banks) intentarán salvar al mundo y descubrir al espía dentro de la organización.
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¿Por qué Los Ángeles de Charlie no rifa?
Esta es la tercera encarnación que vemos del trío de ángeles que lucha con fuerza, estilo e ingenio para salvar al mundo. Aunque la cinta, dirigida por la misma Elizabeth Banks, tiene un montón de acción y grandes atuendos, parece no entender la magia detrás de este icónico equipo de mujeres.
Y es que no importa que cada uno de los grupos anteriores de Los Ángeles de Charlie haya tenido su propio carácter. Hay una cosa que tienen en común: protagonistas con una personalidad y carisma que fascina a cualquiera.
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Esta nueva versión tiene a Kristen Stewart y a las nuevas actrices Ella Balinska y Naomi Scott. No dudamos de sus capacidades como actrices, pero la verdad es que las tres son dirigidas pobremente por Banks ocasionando que ninguna logre destacar. Esto ocasiona un enorme problema, ya que como espectador no te sientes apegado a ninguna de las protagonistas.
La interpretación de los ángeles no es el único problema, si consideramos que otro personaje importante en la franquicia ha sido el rol de Bosley. En la cinta de 2000 fue interpretado por Bill Murray, y en esta versión fue reemplazado por Patrick Stewart, quien actúa de una manera bastante desganada y hasta desesperante.
Otro elemento que caracteriza a la franquicia es la dinámica combinación de comedia y acción. Pero en Los Ángeles de Charlie, las risas apenas si aparecen en un par de momentos y las escenas de peleas y persecuciones pasan sin pena ni gloria. Con ello, la trama se siente lenta y aburrida.
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Tal parece que después de esta entrega, Los Ángeles de Charlie como franquicia podría estar muerta, pues la magia que tuvo durante décadas se perdió por completo en esta entrega. Prácticamente se trata de la misma clase de fracaso que ocurrió con Los Hombres de Negro Internacional. ¿Hasta cuándo aprenderá Hollywood que algunas sagas deben permanecer intactas?