Guillermo del Toro (Guadalajara, 1964) es un cineasta que se ha encargado de poner el nombre de México en alto a nivel internacional. A través de filmes como Cronos (1993), El espinazo del diablo (2001), Hellboy (2004), El laberinto del fauno (2006) y La forma del agua (2017), el director nos ha llevado de leyendas vampíricas a historias de fantasmas y seres fantásticos que se entrecruzan con las guerras y la ambición humanas. Ante todo, del Toro ha dejado en claro que los monstruos no siempre son los villanos en su universo fílmico, sino el hombre mismo.
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Guillermo del Toro. Su cine, su vida y sus monstruos
Recientemente se publicó el libro Guillermo del Toro. Su cine, su vida y sus monstruos (Grijalbo, 2021), a cargo del crítico Leonardo García Tsao. En esta obra, el cineasta y el autor sostienen una extensa entrevista mediante la cual revisan la importante trayectoria de del Toro, las anécdotas que rodean sus filmes, así como las influencias del director.
La lectura de este texto permite al lector profundizar en las fantasías y obsesiones de Guillermo del Toro, a la par que se muestra una visión íntima y sincera del cineasta. En las páginas del libro se lleva a cabo un recorrido cronológico por la vida del realizador, comenzando por su infancia y adolescencia, momentos en donde ya comenzaban a esbozarse la genialidad y la creatividad del joven nacido en Guadalajara.
A continuación revisamos cinco momentos clave en la vida de Guillermo del Toro que influyeron notablemente en su formación como cineasta y que lo llevaron a convertirse en el importante director que es hoy en día.
El cine y la televisión como escuela
En el libro, Guillermo del Toro menciona que sus primeras aproximaciones al universo del terror y de la fantasía tuvieron lugar frente al televisor. Los monstruos de la Universal, La dimensión desconocida (1959-1964), Señorita Cometa (1967-1968) y las películas de terror mexicanas como las de El Santo despertaron en él un profundo interés en adentrarse en este universo del que jamás ha salido realmente. Como bien menciona:
“Fue una fusión muy rara de anime, series de tele americanas, películas viejas, catolicismo de provincia, crímenes de provincia (porque en aquella época había muchos asesinatos políticos en Guadalajara), era una mezcla de todo eso con el Alarma, Tradiciones y leyendas de la colonia; en el cine estaban las películas de la Hammer en estreno.” (p. 19)
Las cámaras portátiles
Desde temprana edad llegaron a manos de Guillermo del Toro una cámara super 8 y un proyector. Gracias a esto aprendió nociones básicas de fotografía, así como la esencia de la imagen en movimiento. No tardó en comenzar a realizar sus primeros experimentos cinematográficos con lo que tenía a su alcance:
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“Mi papá tenía una pantalla plateada muy profesional y empecé a notar lo que era una película, cómo cada cuadro era diferente; empecé a leer un poquito de eso y un día fui a la farmacia y compré rollos de super 8, los metí a la cámara de mi papá y me metí a filmar los muñequitos de El planeta de los simios; así hice mi primera película” (p. 31)
Jaime Humberto Hermosillo, su mentor
Ya en su juventud, Guillermo del Toro encontró en el cineasta Jaime Humberto Hermosillo un importante mentor. Participó activamente con él como asistente de producción de la película El corazón de la noche (1984), donde comenzó a relacionarse con relevantes figuras del cine mexicano como el fotógrafo Gabriel Figueroa y el actor Pedro Armendáriz Jr. Ante todo, del Toro admiraba la capacidad de Hermosillo de lograr un cine de calidad y de impacto con tan pocos recursos:
“Básicamente yo percibo con los monstruos ese mismo ser fehaciente y ser coherente con lo que me gusta; es decir, la manera como yo traduje el compromiso de Jaime con un cine independiente, contestatario, un cine prohibido y transgresor, es la manera como yo me comprometo con el cine de género.” (p. 36)
La disección de los cuentos de hadas
Del Toro fue más allá de adentrarse en leyendas, mitologías y cuentos de hadas, logrando una completa disección y comprensión de las estructuras y dinámicas de estos relatos. En concreto, se apasionó por la búsqueda de los clichés presentes en estas narraciones. Ya en su cine, más allá de seguir estas configuraciones al pie de la letra, el director se encargó de darles los giros de tuerca tan peculiares que caracterizan su filmografía:
“Lo hago porque encuentro interesante desarticular al mismo tiempo que articulas el cliché. Si haces una película de robots gigantes, debe ser una película de robots gigantes, pero tratas de meter algo abajo; si es un cuento de hadas tradicional, lo pones en la Guerra civil española; si haces una película de vampiros, la metes en la clase media mexicana.” (pp. 48-49)
Su primer gran paso en La hora marcada
La hora marcada (1988-1990) fue una serie televisiva mexicana de terror en la que se dio oportunidad a muchos jóvenes directores de tener su debut al frente de un episodio del programa. Personajes relevantes para el cine nacional desfilaron por la serie, siendo este el caso de Luis Estrada, Alfonso Cuarón, Juan Antonio de la Riva, Emmanuel Lubezki, Mitl Valdez, Carlos García Agraz y el mismo Guillermo del Toro. Este último encontró en la serie el primer espacio para dar rienda suelta a sus grandes fantasías y de demostrar que se encontraba preparado para ocupar la silla del director. Tras esta experiencia dirigió su primer filme: Cronos (1993).
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Guillermo del Toro. Su cine, su vida y sus monstruos (Random House) es un libro que permite al lector descubrir los orígenes de este cineasta, sus obsesiones, sus inquietudes y varias anécdotas en torno a sus creaciones. Sin embargo, lo más importante de esta obra es la forma en que todo esto se nos cuenta a través de la viva voz del director, siendo un espacio único que nos permite conocer a detalle a Guillermo del Toro y, sobre todo, a ver más allá de sus películas.