Tiene 24 años, un disco debut, homónimo, desde 2013, y una carrera prometedora a partir del lanzamiento de este, su segundo disco, que captura y explota maravillosamente la capacidad lírica de quien se presenta bajo la etiqueta de TORRES.

Mackenzie Scott es el nombre real de esta joven que aunque fue criada en “conservadoras raíces sureñas” –como ella misma describe– decidió dejar Nashville para vivir en Nueva York e iniciar su carrera, volando aún más lejos para la creación de “Sprinter”; al pequeño pueblo de Dorset, Inglaterra, específicamente, con el cobijo de Rob Ellis, productor y percusionista de PJ Harvey, y la participación de Adrian Utley (Portishead) e Ian Oliver, bajista también de Harvey, quien hace las mismas en esta ocasión.

Si bien es notoria la mano de Ellis en la co-producción y la aportación de Utley más allá de la sola prestación de su estudio, es innegable que lo que destaca en este disco y lo proyecta como uno de los mejores del año es el talento de Scott, quien se deconstruye en cada canción y se expresa con una voz que sin ser excepcional alcanza tonalidades armoniosas, para después desmoronarse en desafinaciones intencionales que no hacen sino reflejar el poder interpretativo, melancólico y profundo de la artista.

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Álbum confesional, íntimo, influenciado por el poema “Devotions Upon Emergent Occasions”, de John Donne (‘Son, You Are No Island’ el ejemplo más evidente) y resultado de muchos de sus miedos. “Sea abandono, miedo o rechazo, incluso incapacidad de conectar con la gente, todo viene de ese miedo a la soledad, a no ser demasiado buena. Esos son sentimientos que han afectado en mi vida personal, en mi escritura”, dijo TORRES a Partisian Records. Cada canción es prueba de ello, con ‘Sprinter’ y ‘Strange Hellos’ a la cabeza, un viaje entre la depresión y la furia.

Al hablar de la música, si bien conserva marcados tintes folk rock contenidos mayormente en su primera producción, Mackenzie evoluciona y se vuelve más cruda en “Sprinter”, con invocaciones de sintetizadores, riffs de guitarra y cambios de rítmica que dan dinamismo al correr del disco. “Quise algo que muy claramente surgiera de mis raíces sureñas pero que sonara futurista al mismo tiempo”, asegura, algo que se refleja bien, por ejemplo, en ‘Cowboy Guilt’.

Cantante, compositora, productora, multiinstrumentista. Con la honestidad que ha puesto en este disco, TORRES es, hoy por hoy, una de las artistas más interesantes de los últimos años. “Nashville era muy pequeño para mí. Fui criada en un pueblo chiquito y hay cosas muy especiales en ello, pero no me gusta vivir de esa forma”, asegura. Mackenzie Scott ha salido al mundo y exige ser escuchada. Si no lo han hecho, deberían.

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