¿Y si el agua pudiera hablarnos a través del arte? ¿Qué nos diría sobre el temible “día cero”? La escritora y performer Jota Mombaça nos da una idea en este performance.
La CDMX ha sido locación de múltiples películas y cada vez más es una ciudad que atrae proyectos cinematográficos, aquí recorrimos algunos.
Un gran legado de Spectre para la CDMX fue el desfile de Día de Muertos, pero hay otros datos interesantes de esta película.
Una de las películas más crudas y más arraigadas a la CDMX es Perfume de violetas, primera parte de la trilogía de Maryse Sistach y José Buil.
En Hombre en llamas vimos a ese cine hollywoodense tomar partes de la CDMX y literal hacer magia con algunos traslados.
Una de las películas que rompió esquemas en cuanto a lo que se hacía en cine en México en ese entonces es Güeros, donde la CDMX también es protagonista.
Una ironía encantadora es la película que se grabó en la CDMX, pero tiene como protagonista a una regia muy simpática.
La historia de Romeo y Julieta al estilo chilango, “Amarte duele” nos dejó momentos icónicos en estas calles de la ciudad.
El icónico choque de Amores Perros retrata parte de la CDMX que es muy transitada, sobre todo por amantes de los tacos de guisado.
La pieza Mocos de nube es una adaptación al contexto mexicana del texto de la dramaturga alemana Vera Schindler que se enfoca en los derechos de la niñez