Bajo la penumbra de la sala para 440 personas, ante la gran pantalla y en una de estas butacas de cine antiguo, Tommie Smith y John Carlos, los atletas olímpicos que bajaron la cabeza y alzaron el puño enguantado…
Si me asomaba por la ventana de mi sala en ese segundo piso, el paisaje era el Viaducto Miguel Alemán: atestado, con vochos que peleaban espacio con delfines (los autobuses de entonces) y combis colectivas por las que emergían…
Palacio de Bellas Artes Al entrar estarás en la sala de conciertos donde los cantantes de ópera Margarita Ortiz y José Sosa, madre y padre de José José, alternaban con María Callas o Nicola Rossi-Lemeni. Al pequeño lo llevaban…
–Llaman de Xochimilco –me avisaron en la redacción y atendí el teléfono. Desde los canales, un viejo remero me buscaba–. Quiero que conozca algo –explicó–: es un monstruo vegetal. –¿Un monstruo? –me extrañé. –Se llama muérdago. “Muérdago”, me repetí…
¿Los policías de la ciudad protegen a las mujeres? El 6 de agosto, Excélsior no tuvo modo de insertar una foto a una noticia espeluznante. Por eso asignó un dibujo a Daniel Rey, que creó lo siguiente: tomada de…
Mi hija mira el edificio donde hacemos fila para comprar boletos como si mi sensibilidad ante una niña se hubiera descarriado. Un sábado ideal para gozar el solecito de Coyoacán lo cambié por un destino incierto que implicó una…
Lucha sentía cómo mi mano se desprendía sin permiso de la suya para correr por la vereda y llegar cuanto antes al parque La Moderna. La señora que me cuidaba en horas en que mi madre trabajaba en el…
—¿Y si tenemos un gatito, ‘pa? —No es buen momento, más adelante. Ese diálogo se dio cuando mi hija tuvo cuatro años, cinco, seis, siete, ocho, nueve, 10, 11. Día y noche, si en la tele un gato comía…
Villa Olímpica me esperaba con largos días en que los astros conjugados me arrojaban un maná divino formado por todo lo que yo necesitaba: diversión y güeva. “Villa Olímpica”, oía mi mente infantil y se encendía mi corazón: me…
Desperté con el antebrazo derecho adolorido, como si en la noche hubiera sostenido un muro gigante a punto de desplomarse. Pero no: mis ocho horas habían sido de un sueño habitual, sin interrupciones ni para ir al baño. ¿Qué…