Ofrecer una mirada distinta sobre el Holocausto se vuelve un gran reto, y esto es justo lo que el mexicano Yishai Jusidman retrata en su más reciente exposición en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC): Azul de Prusia.
Ese es el nombre del color que puede ser apreciado, aún en nuestros días, en las paredes de algunas cámaras de gas en los campos de concentración donde millones de judíos fueron exterminados con Zyklon-B.
El elemento que se utilizó como parte de un experimento para crear un arma asesina es, químicamente igual al Azul de Prusia.
Azul de Prusia. (Verónica Gómez.)
Así, inspirado en las tonalidades azules en las cámaras de gas, este artista juega con el pigmento para hacer pinturas de esos lugares, intentando transportar a esa época, a ese lugar, al visitante.
Aquí cinco pinturas de las huellas que este experimento dejó y que hoy ocupa dos salas de exhibición en el MUAC:
De pesticida a pigmento de arte
Utilizado en los doce campos de exterminio alemán, el Zyklon-B fue originalmente un plaguicida que sirvió para el despioje y desinfección de las vestimentas de las víctimas. Para 1941, Karl Fritzsch experimentó con esta sustancia asfixiando a prisioneros de guerra y pacientes polacos.
Meses después, este experimento letal fue replicado en todas las granjas de matanza, en las que 6,000 personas eran asesinadas diariamente. Hoy en día, la pintura azul de Prusia es químicamente idéntica al pigmento que dejó el Zyklon-B en tuberías y paredes de las cámaras de gas.
Testigos de una masacre
Dentro de los acrílicos que se presentan a lo largo de esta muestra, se encuentra la de Sonderkommando en Birkenau, en la que un par de copas de árboles ocupan todo el escenario.
La historia cuenta que algunos hombres del Sonderkommando utilizaron una cámara para atestiguar las atrocidades a las que fueron obligados a realizar. Esta imagen iba direccionada hacia un grupo de mujeres que se desvestían para ser fusiladas en el siguiente “lote”. Debido al peligro que representó este acto de “rebeldía”, la imagen no pudo ser tomada de la manera deseada y hoy se convierte en una pintura hecha con la misma sustancia que mató a tantas personas.
Camionetas de gas
Y como al parecer los campos de concentración no eran suficiente condena, los nazis decidieron implementar cuantas estrategias fueran necesarias para exterminar tanto a judíos, como discapacitados, homosexuales y cualquiera que no formara parte de la “raza suprema”.
Uno de esos medios fue la utilización de furgonetas, las cuales medían entre 4 y 5 metros de largo por 2.2 metros de ancho. Una vez estaban llenas de personas, el conductor debía conectar el escape al interior de la camioneta y encender el vehículo lo antes posible para que las personas fueran sofocadas de inmediato.
Azul de Prusia. (Verónica Gómez.)
Baños falsos
Otro acercamiento que nos ofrecen las obras de Jusidman a la crueldad de esta barbarie, son los acrílicos que representan los famosos y polémicos “baños” en las granjas, en los que miles de personas murieron pensando que solo iban a ducharse. En estos lugares se valían del Zyklon-B para asfixiarlos.
En sus cuadros pueden leerse los letreros sobre las puertas donde se indicaba “Brausebad” (duchas), o verse los falsos cabezales de regaderas en el techo, e incluso, el suelo de baldosa típico de las zonas de baño.
Cámaras de gas
La representación de estos lugares de muerte, no va sólo desde el interior, sino desde todos los ángulos posibles, desde la puerta con la que se sellaba cualquier acercamiento con el exterior, hasta con la imagen panorámica del bosque que rodeaba a las cámaras de gas. Se calcula que algunas de estas cámaras tenían la capacidad promedio de 340 víctimas diarias. Lo triste y sombrío de estos cuadros no sólo se debe al color con el que están pintados, sino a la falta de individuos.
Y tú, ¿crees que un veneno pueda convertirse en una obra de arte?
Yishai Jusidman. Azul de Prusia
Museo Universitario Arte Contemporáneo
Insurgentes Sur 3000, Centro Cultural Universitario
Del 27 ago al 12 feb 2017
mié, vie, y dom 10-18 h, jue y sáb 10-20 h
jue-sáb $40, mié-dom $20
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