La Ciudad de México, siempre palpitante y en constante evolución, ha abrazado con pasión a las micheladas como estandarte de sus fines de semana. Lejos quedan los días en que su sabor se limitaba a los restaurantes con tarros escarchados. Hoy, la michelada ha superado esas fronteras, desplegándose ante el público con una presencia inigualable. ​​

Los puestos de micheladas comenzaron en rincones casi clandestinos de los tianguis de la ciudad. Sin embargo, con el paso del tiempo, su presencia se ha consolidado de manera impresionante, hasta niveles surrealistas, a un lado de dj’s, sonideros, música en vivo y toda clase de excéntricos y divertidos vasos.

No importa en qué alcaldía te encuentres ni a qué mercado sobre ruedas decidas acudir, la constante es clara: las micheladas estarán ahí, pues se han instaurado como el complemento ideal para esos recorridos dominicales entre cuadros y revistas, camisetas, discos y jeans.

El barrio de Tepito tiene una gran tradición en micheladas, en años recientes, las licuachelas y gomichelas han ganado popularidad. Foto: Rafa Amed
El barrio de Tepito tiene una gran tradición en micheladas, en años recientes, las licuachelas y gomichelas han ganado popularidad. Foto: Rafa Amed

La michelada

Este coctel, genuinamente mexicano, combina cerveza con jugo de limón, salsas y en ocasiones, un exquisito borde de especias. Su frescura y versatilidad han seducido paladares más allá de las fronteras nacionales. Originario del México rural, donde se combatía el calor con cerveza, limón, sal y picante, este trago fue adquiriendo personalidad conforme recorría el país.

En su travesía hacia la Ciudad de México, la michelada adquirió un repertorio más amplio, incorporando ingredientes como salsa inglesa, tabasco y jugo de tomate. Ahora, en su versión chilanga, no es raro encontrarla adornada con chamoy, gomitas, ajonjolí dulce y escarchados de múltiples sabores.

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Cerveza de barril de Chupería La Iguana en Tepito. Foto: Rafa Amed
Cerveza de barril de Chupería La Iguana en Tepito. Foto: Rafa Amed

¿En dónde beberlo?

En esta era dorada de las micheladas, las opciones abundan. Aunque cada quien tendrá su rincón predilecto, la experiencia insuperable es disfrutarla mientras se pasea por un tianguis cargado de historia y hallazgos inesperados.

El barrio de Tepito tiene una gran tradición en micheladas, en años recientes, las licuachelas y gomichelas han ganado popularidad. Foto: Rafa Amed
El barrio de Tepito tiene una gran tradición en micheladas, en años recientes, las licuachelas y gomichelas han ganado popularidad. Foto: Rafa Amed

El mercado de La Lagunilla ha sido el epicentro de esta experiencia. Entre sus pasillos se puede viajar en el tiempo, las antigüedades llenan el ambiente de nostalgia y transportan al visitante a épocas y recuerdos que no volverán. Las Micheladas de La Lagunilla han adquirido tal renombre que no queda claro si lxs visitantes acuden por las antigüedades o simplemente por el deleite de un trago. La interrogante prevalece: ¿qué tipo de visitante eres tú? (¿Es que acaso importa?).

Dónde: Calle López rayón, Morelos.

Horarios: domingo 09:00 a 15:00. 


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Parte 2: El carajillo: de la época colonial al instagram

Parte 3: Cuba libre y Paris de noche: los favoritos de la década de los 80 en la CDMX

Parte 5: Decir “viva México” es decir “viva el tequila”

Parte 6: La revolución de los cocteles contemporáneos