La prensa de los años 40 la apodó “la trituradora de angelitos de la colonia Roma” por asesinar a más de 50 bebés, checa quién fue Felícitas Sánchez Aguillón.
Una cañería tapada con fetos fue la espeluznante pista para desenmascarar a Felícitas Sánchez Aguillón: una de las criminales seriales más recordadas de la prensa de los años 40 en la Ciudad de México. La apodaron “la trituradora de angelitos” y “la ogresa de la colonia Roma” por asesinar a más de 50 niños bajo diferentes métodos: algunas veces provocando abortos, otras estrangulando a los bebés.
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¿Quién fue Felícitas Sánchez Aguillón?
Felícitas Sánchez Aguillón tuvo una infancia marcada por el desprecio de su propia madre. Quienes analizan su caso concluyen que el odio a los niños tiene una huella en la herida de rechazo y abandono en su primera infancia. De hecho, siendo niña mataba y envenenaba animales por diversión en Veracruz, en la comunidad de Cerro Azul, donde nació en la década de 1890.
¿Qué crímenes cometió?
Sin embargo, en su afán por ostentar una vida normal, estudió enfermería y se casó en su pueblo natal con Carlos Conde, con quien tuvo gemelas. Su oscuro pasado resurgió cuando insistió en vender a sus niñas para conseguir dinero, lo que terminó con su relación de pareja. Con el tiempo se volvió partera y se dedicó en vender niños de mujeres que no podían mantenerlos o no los querían.
En 1910 llegó a la CDMX y rentó una habitación dentro de un edificio de la calle de Salamanca, en la colonia Roma, y en donde sería su centro de operaciones. Felícita amplió su negocio y ahora ofrecía el servicio de aborto a mujeres embarazadas fuera del matrimonio o que pertenecían a la clase alta de la capital. Hasta que el 8 de abril de 1941 sus crímenes se destaparon, literalmente.
¿Cómo descubrieron a la trituradora de angelitos?
Las cañerías del edificio se habían tapado, por lo que el dueño llamó a un plomero que sugirió levantar el piso del almacén y así acceder a las cloacas. Lo que encontró, de acuerdo a la cobertura policial de aquella época, fue un enorme tapón de carne humana putrefacta, gasas, algodones ensangrentados e incluso un pequeño cráneo humano.
La sospechosa era “la trituradora de angelitos”, ya que ejercía sus labores como partera en su domicilio. Al entrar, la policía encontró elementos como agujas, ropas de bebés, velas, decenas de fotos de niños y hasta el cráneo de un bebé. Ese mismo día, Felícita se dio a la fuga, hasta que su principal cómplice: el plomero Salvador Martínez, confesó sus crímenes.
Sánchez Aguillón fue detenida cuando intentaba escapar a Veracruz con su pareja. En la cárcel, amenazó con delatar a las mujeres de clase alta que habían recurrido a sus servicios. Su advertencia fue suficiente para que un juez autorice su excarcelación y una multa por $600.
En libertad, no pudo reinsertarse en su negocio por lo que tomó un frasco con sedante y lo bebió todo para quitarse la vida la noche del 16 de junio de 1941. Décadas después, puedes dar un tour por su casa para conocer más sobre su historia dentro de las visitas a casas embrujadas de CDMX. ¿Te atreverías a darte el rol?