¿Qué le pasó? ¡La Diana Cazadora SÍ tenía flecha!
La famosa escultura de la Diana Cazadora tuvo flecha hasta 1943, año en que esa parte del monumento fue robada.
Por: Pável M. Gaona
Pocos monumentos son tan icónicos como la Diana Cazadora. La estatua colocada sobre Paseo de la Reforma, es un referente obligado para los turistas que visitan la Ciudad de México. También es un punto de reunión para manifestantes y transeúntes. Apenas el 25 de junio de 2022, uno de los dos comités de la Marcha del Orgullo LGBT+, eligió la figura de esta poderosa mujer como lugar para iniciar el recorrido, peleándole protagonismo al Ángel de la Independencia. Pero ¿Sabías que la Diana Cazadora no siempre lució como ahora y que en antes presumía una monumental flecha a punto de ser disparada por su arco?
para contarte su historia, tenemos que retroceder hasta su origen. Rodeada por el escándalo desde su concepción, la Flechadora de las Estrellas del Norte, como se llamaba originalmente la estatua, fue rebautizada por el pueblo simplemente como la Diana Cazadora. Esta poderosa efigie metálica representa a la Diosa Artemisa. Se trata de una deidad que en las culturas prehelénicas que estaba asociada a la Luna, a la caza y a la virginidad. Sin embargo, su castidad no impidió que esta diosa fuera vista con deseo. Por el contrario, al no poder poseerla, fue objeto de acoso por parte de una gran cantidad de hombres. Y su gemela, la representación que hoy descansa en el Paseo de la Reforma, ha recibido la misma suerte. Y es que en sus primeros años la estatua era objeto de miradas lujuriosas y gente persignada que intentó censurarla.
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La Diana: entre el vandalismo y la Liga de la Decencia
“¿Pero quién se excitaría con una estatua?”, seguro se preguntaría cualquiera con los tornillos bien puestos. Pues basta recordar que cuando se creó la Diana eran otros tiempos. Para ser más precisos, corría el año de 1942. En aquellos ayeres el hecho de que las mujeres mostraran algunas partes, como un escote pronunciado o el ombligo, ya era una afrenta social. Ahora imaginemos cómo escandalizó a la sociedad puritana de aquel entonces la escultura de una mujer ‘en cueros’, cuya ubicación original estaba en el mismo Paseo de la Reforma, pero en las callejas de Lieja y Río Ródano, frente a La Puerta de los Leones, en Chapultepec.
Grupos como La Liga de la Decencia pusieron el grito en el cielo. Les parecía inmoral que un cuerpo femenino se mostrara completamente desnudo frente a un lugar de esparcimiento de las familias, como lo era el Bosque de Chapultepec. Estos grupos ultraconservadores exigían que la estatua se retirara inmediatamente. Pero en el “estira y afloja” se logró llegar a un acuerdo: el escultor Juan Olaguíbel, autor del monumento, le colocaría un taparrabo, el cual fijó solo con tres puntos de soldadura. En su mente, el artista esperaba que cuando el escándalo pasara y las mentes se abrieran, la Diana podría recobrar su desnudez original. Y finalmente así fue.
Todavía con calzón improvisado, Olaguíbel posó con La Diana Cazadora en 1943, orgulloso de una de sus obras más representativas. Aunque esta apariencia no duraría mucho.
Los amantes de la Diana… ¡Y de lo ajeno!
Como consigna la periodista Nayeli Reyes, el gusto de ver a la Diana Cazadora con su arco y flecha se acabó debido a los ‘amantes de lo ajeno’. “Ni su piel metálica ni su recatadotaparrabosfueron suficientes para alejarla de las leperadas ymiradas pervertidasque le lanzaban los borrachos, mucho menos de la delincuencia. El 16 de octubre de 1943 le robaron la flecha y la cuerda de su arco”.
Como al parecer no podemos tener cosas bonitas sin que algún malhechor haga de la suyas, desde entonces la Diana permanece sin la cuerda de su arco que, al igual que la flecha, jamás volvió a sus manos. Y así nos acostumbramos a verla desde entonces.
Por cierto: la Diana original no es la que vemos en Reforma actualmente. Esa escultura acabó en Ixmiquilpan, Hidalgo, pues al retirarle el taparrabos la estructura se dañó. Pero esa, queridos chilangos, es otra historia.
Un bonito homenaje a la flecha perdida de la Diana Cazadora
Ni la cuerda del arco ni la flecha fueron recuperadas. Algunas hipótesis apuntan a que las vendieron al fierro viejo, como se suele hacer con las alcantarillas. Otros piensan que algún coleccionista se hizo de ella por medio del mercado negro. Pero el hecho es que hoy la Diana Cazadora goza de un bonito homenaje a ese pasado antes de que la delincuencia hiciera de las suyas.
El Salón Corona colocó una placa conmemorativa que reza “se creía perdida y solo estaba escondida, reservando su buena suerte a quien un deseo aquí pida”. Aunque algunos medios han consignado que esta es la flecha original, en realidad se trata de una reproducción. Pero como soñar no cuesta nada, si quieres verla y hasta tomarte la foto, basta con que acudas al edificio que está enfrente de la fuente, entre el Cinépolis y el mencionado restaurante. Y puedes pedir un deseo, porque, al menos como reza la placa, este lugar le confiere su bendición a quien acuda y pida con vehemencia algún deseo secreto.
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